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OPEN DE AUSTRALIA

Carreño sufre para sumar su victoria 50 en pista dura

El español ganó al australiano Jason Kubler (24 años y 243 del mundo) en cuatro sets y pasa a segunda ronda, donde se medirá a Gilles Simon. Ferrer, eliminado.

Melbourne
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Pablo Carreño, contra Jason Kluber.
PETER PARKS AFP

Pablo Carreño no tuvo el inicio plácido que se presumía en el Abierto de Australia. El asturiano, número 11 del mundo y décimo cabeza de serie en Melbourne, se enfrentaba al semidesconocido australiano Jason Kubler (24 años y 243º) y sufrió bastante para superarle y sumar su victoria número 50 en pista dura. Tuvo cuesta arriba el primer set, perdió el segundo y necesitó remontar en el tercero para acabar imponiéndose con facilidad en el cuarto: 7-5, 4-6, 7-5 y 6-1 en tres horas y 31 minutos.

Carreño arrancó bien, con un break en el tercer juego que auguraba una victoria cómoda, pero espoleado por el público local, Kubler se vino arriba, recuperó el saque perdido e incluso se puso por delante. El español templó los nervios y, por suerte para él, recuperó el mando. Los fantasmas de su mala racha desde que alcanzara las semifinales en el US Open se le aparecieron en algunos momentos de su estreno. De hecho, en el segundo set no pudo contrarrestar la única rotura del aussie, que comenzó con ventaja en la tercera manga. Carreño, con una mayor producción de golpes ganadores (40 al final), supo aprovechar el riesgo que asumió su rival, que acabó con 65 errores no forzados, muchos. Le dio la vuelta a una situación difícil y en el último parcial remató a un Kubler que ya no supo por dónde seguir incordiando.

A Carreño, que se mete por tercera vez consecutiva en la segunda ronda de Australia, le espera ahora el francés Gilles Simon, que superó en tres mangas al rumano Marius Copil por 7-5, 6-4 y 6-3.

Un bravo Ferrer no puede con Rublev

David Ferrer luchó hasta la extenuación pero no pudo vencer al joven de la NextGen Andrey Rublev, que necesitó cinco sets para imponerse al español por 7-5, 6-7 (3), 6-2, 6-7 (6) y 6-2. Ferrer remontó un 5-2 en la cuarta manga, pero en la definitiva no consiguió superar la misma desventaja y terminó cediendo tras tres horas y 50 minutos de duro partido. Los 77 golpes ganadores del ruso trajeron al alicantino por la calle de la amargura. Le supusieron un sobreesfuerzo encomiable que terminó minando su físico. Por contra, los 91 errores no forzados del propio Rublev, un tenista que juega al ataque y sin medias tintas, fueron la beta por la que penetró Ferrer para mantenerse en la pelea.