Austria será el rival y el cuadro se pone de cara

España, que suma 22 victorias seguidas en casa, recibirá a Austria en los cuartos de final de la Copa Davis, del 6 al 8 de abril, después de que Jurgen Melzer les diera el punto definitivo frente al ruso Alex Bogomolov jr. (6-2, 6-4 y 6-1). A España se le abre el cuadro: se atisba una posible semifinal también en casa frente a Estados Unidos. Es decir, sería factible una séptima final en trece años.

Los cuartos llegarán en plena Semana Santa tras la campaña de pista dura en EE UU, la semana posterior al Masters 1.000 de Miami. Que sea sobre tierra facilitaría los retornos de Rafa Nadal o David Ferrer, que luego afrontan la gira europea sobre arcilla, pero no parece probable que aparezcan hasta semifinales. "Si tengo que repetir este equipo, encantado. Se han ganado el respeto", valoró ayer Corretja.

Austria está liderada por Jurgen Melzer, que con 30 años es 40º del ránking ATP y llegó a estar octavo en abril del año pasado. En 2010 hizo semifinales en Roland Garros. El zurdo es el único austríaco en el Top-100. El equipo lo completan Andreas Haider-Maurer (24 años, 127º del mundo) y el dobles que forman Alexander Peya (31 años, 19º por parejas) y Olivier Marach (31 años y 22º en dobles).

Castellón, Rota (Cádiz) y Lugo ya habían contactado en la tarde de ayer con la Federación Española para ofrecerse como sedes. Y se esperaba alguna oferta desde Canarias. El más explícito fue José Antonio Pereiro, presidente de la Federación Gallega, que se ha lanzado a conseguirlos para su ciudad natal. El Pazo dos Deportes (6.000 personas) sería el recinto. Para cuerpo técnico y jugadores serían más convenientes las otras opciones, porque se podría jugar al aire libre y a nivel del mar y Lugo está a casi 500 metros de altitud.

La crisis pasa factura a la Davis

La crisis y la ausencia de Nadal no perdonan. La RFET ha pasado de cobrar 600.000 euros de canon por una primera ronda a llevarla a Oviedo a cambio de hacerse cargo de los gastos de montaje de pista, logística La taquilla (para la RFET) ha sido mala: sólo la mitad de las 5.800 entradas se vendieron. De 20 stands de empresas se ha pasado a seis, y a doce palcos VIP cuando había hasta el triple.