Tenis | Copa Davis

Nadal decide la Quinta

El dobles formado por Feliciano López y Fernando Verdasco no aprovechó la oportunidad de cerrar la final frente a David Nalbandián y Eduardo Schwank, lo que obliga a Rafa Nadal o a David Ferrer a lograr el punto definitivo de la Copa Davis.

Esto es la final de Copa Davis y aquí nos ha llegado la Argentina de David Nalbandián, el jugador Davis de la albiceleste. El carisma del llamado Rey David del tenis argentino llevó en volandas al agresivo Schwank y sentenció ante la pareja López-Verdasco: 6-4, 6-2, 6-3. Ante 23.604 espectadores, Nalbandián y Schwank quebraron cinco veces los servicios parabólicos de los zurdos españoles, ganaron 20 puntos en 38 ataques a la red y firmaron el 2-1 en la final. Aparece el gringo Nalbandián, nieto de armenios y exlíder del equipo automovilístico Tango Rally Team: aquí hay Davis, aquí hay final. Cuarto punto, cuarto (¿y último?) capítulo de este España-Argentina: Rafa Nadal-Juan Martín Del Potro, hoy a las 13:00 horas (La 1).

La ancha sombra de Nalbandián, que se pirra por los alfajores, ya planea sobre el Día del Juicio de esta Copa Davis: Argentina quizá haya podido pensar que los rizos rubios y el bello revés plano de su Rey David pueden, al menos, deslumbrar a Rafa Nadal como los trajes de luces y el resplandor de las plazas deslumbran a un miura lanzado a portagayola. Pero igual que a Nadal tendrían que amputarle la rodilla para no salir hoy en ese cuarto y delicadísimo punto, los argentinos también habrían de pasar sobre el cadáver de Del Potro para sentar a Delpo y echar a Nalbandián al tremendo combate contra ese perdigón balear, Rafael Nadal Parera.

Balance español. Para ese cuarto y, quizá, definitivo punto están escritos hasta ahora los nombres de Rafael Nadal Parera y Juan Martín Del Potro. De nueve veces que se han enfrentado, Nadal ha ganado seis: y ninguna de las tres victorias de Del Potro fue sobre tierra batida. Otra cosa más, y no poco importante: Del Potro juega por su honor. Salió llorando de la pista en la final de Mar del Plata en 2008, cuando cayó con cierta ignominia ante Feliciano López y llorando llegó también al vestuario de La Cartuja, este viernes, después de estrellarse ante la pared ambulante conocida como David Ferrer.

Si el Destino y sus propios mazazos planos rehabilitaran a Del Potro ante Nadal, Argentina llegaría al 2-2 y entonces, en el quinto punto y sin una sola duda, se encontrarían Nalbandián y su halo ante Ferrer y su tenis impenetrable. En el caso de que Nadal venciera a Del Potro y sellara el 3-1, es probable que ni se jugara el quinto partido: España ha ganado por 3-1 dos finales (Barcelona y Mar del Plata) y también se rindió con 3-1 en 2003, en Melbourne.

Esta es la Copa Davis y aquí asoma un estertor de esa leyenda que hoy sigue escribiéndose en La Cartuja. Las bombas planas van en el arsenal de Del Potro. El carisma y el maravilloso revés cruzado habitan en la muñeca y rizos de Nalbandián. Ferrer es roca, pared o tabique humano. Pero la última palabra la dicta Rafael Nadal Parera.

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