Paula Badosa vuelve a la élite en Washington

Dos años y medio después de ganar su tercer título, en Sídney contra la checa Barbora Krejcikova, Paula Badosa volvió a sonreír con un trofeo en las manos. Lo levantó ayer la española, de 26 años y 62ª del mundo, en el WTA 500 de Washington, después de vencer con mucho pundonor, casualmente, a una rival de ese mismo país, Marie Bouzkova: 6-1, 4-6 y 6-4 en 2h24. Cuatro finales y cuatro victorias, 100% de efectividad (ganó también las de Indian Wells y Belgrado en 2021).

Durante el curso de aquel triunfo en Australia, el de 2022, Badosa llegó a ser la número dos del ranking, pero primero se le atragantaron las expectativas creadas por su éxito y después las lesiones truncaron su trayectoria en 2023. No pudo competir en el Open de Australia por una dolencia muscular en el muslo derecho ni Roland Garros debido a una fractura en la vértebra L4 acontecida en Roma y que más adelante le obligaría a abandonar en la segunda ronda de Wimbledon. Ahí se acabó la temporada para ella e inició 2024 en el puesto 74 de la clasificación. Aún caería más (100ª) por la falta de partidos y los rescoldos de la dolencia que le aún le atormenta.

Pero al mal tiempo, Paula le puso la mejor cara que pudo y en los últimos meses recuperó para su equipo al nutricionista y psicólogo Daniel de la Serna y a su antiguo preparador físico David Antona. Se unieron al entrenador, Pol Toledo, y la fisio. “Gracias, hay una pequeña parte aquí y otra está en España, sé que me están viendo. Gracias por estar ahí y apoyarme, sobre todo a los dos que están aquí, sois como de mi familia, habéis estado en lo bueno y en lo malo, últimamente ha sido más lo malo. Gracias por todo y os quiero mucho”, les dijo en la entrega de trofeos de Washington.

Hace unas semanas, en Wimbledon, aparecieron brotes verdes. Llegó a octavos con buenas sensaciones y después tomó una decisión controvertida que le ha salido bien: no acudir a los Juegos Olímpicos de París. Se metió en el gimnasio y compartió en redes sociales sus sesiones de trabajo. No iba de farol. Necesitaba puntos y en Estados Unidos ha conseguido los 500 que se les otorgan a los campeonas del Mubadala Citi DC Open. Con ellos, vuelve al Top-40 (pasa del puesto 62 al 40) y verá las cosas de otra manera a partir de ahora, porque su nueva situación le permitirá no tener que recurrir a invitaciones, como la que le concedieron para competir en el torneo capitalino. De hecho, Badosa es la primera española que gana un torneo de esta categoría con una wildcard.

Segundo parón

Y no fue nada fácil. Porque cuando tenía el partido controlado al inicio del segundo set, un parón de 50 minutos por riesgo de tormenta eléctrica le dio vida a Bouzkova tras un primer parcial que Paula había dominado de manera contundente. Marie se echó a la red para contrarrestar la superioridad de la de Begur, que había fallado muy poco desde el fondo de la pista. Y después de salvar seis puntos de break, se hizo con la segunda manga al aprovechar su quinta oportunidad de rotura. No es que bajara el nivel de Badosa, subió el de Bouzkova, y mucho, de manera que con su consistencia provocó los errores, por desesperación, de Paula. No en vano, el sábado había ganado con remontada en semifinales a la número tres, la bielorrusa Aryna Sabalenka.

Y en estas, en mitad de un muy buen partido de tenis, segunda interrupción, esta vez por la lluvia. Otros 35 minutos de inactividad que en este caso favoreció a la nueva número uno de la Armada. Del 30-0 antes de la suspensión, a break para ella en plena crisis de los servicios. Igualó Marie, hispanoparlante, amiga y compañera de dobles de Sara Sorribes, y se puso por delante hasta que Badosa desató su potencia para sentenciar y llorar, esta vez, por fin, de alegría. En marzo, los médicos le dijeron que era posible que no volviera a jugar. Ahora ha vuelto a la élite.

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