Nadal y Ferrer encarrilan la eliminatoria en Córdoba

"Para ganarle, hay que matarle". Eso dicen en el equipo español de David Ferrer. Tenista de hierro que sobre arcilla y a más de 30 grados al sol, moviéndose de lado a lado, es como un correcaminos al que nunca se le atrapa. Hasta que el perseguidor se deshace, frustrado por tanto despliegue. Eso le pasó a Gilles Simon en el segundo partido de la semifinal de Copa Davis que enfrenta a España con Francia en Córdoba y que ya navega 2-0 tras el 6-1, 6-4 y 6-1 en dos horas y siete minutos tras la victoria previa de Rafa Nadal sobre Richard Gasquet por 6-3, 6-0 y 6-1. A España, invicta en 19 eliminatorias seguidas en su suelo, sólo le han remontado un 2-0: Brasil en 1966. Otros tiempos.

"El resultado parece fácil pero el partido fue duro, con muchos intercambios", retrató Ferrer, que acabó siendo atendido en pista por los fisios: "Tengo algún problema físico, por el calor y la acumulación de partidos".

En el primer set, Ferrer (número cinco del mundo) no ofreció ni una sola oportunidad de break a Gilles Simon, que fue llamado a filas por Forget en vez de Tsonga por sus mejores prestaciones en tierra. Por ejemplo, este año había ganado el torneo de Hamburgo. En la segunda manga, el de Jávea se sobrepuso a las dos roturas que le endosó el Pollito (por sus finas piernas) Simon para acabar adjudicándoselo por 6-4 con la medicina de unos intercambios largos que remataron al 11º tenista por ránking de la ATP.

En el tercer set, la fruta fue madurando y con otro break para colocarse 4-1, el escudero de Nadal, vital en la victoria en Austin (Texas) frente a Estados Unidos, se lanzó a finiquitar el choque de forma expeditiva. Todo lo que se ahorra ahora, viene bien para luego. Aunque quizá no haga ni falta para el domingo si Feliciano López y Fernando Verdasco rematan hoy a Michael Llodra y Jo-Wilfried Tsonga en el dobles.

Nadal, por la vía rápida

Las cuatro horas y media de adaptación a la tierra para Rafa Nadal fueron más que suficientes. España cabalgó a lomos de su número uno para poner el 1-0 sobre Francia, a más de 30 grados de temperatura. Richard Gasquet, que partía con un 9-0 en el cara a cara con el líder español, no correspondió a la confianza de su capitán, Guy Forget, que le eligió para abrir la eliminatoria dejando fuera a Jo-Wilfried Tsonga el primer día y no opuso ninguna resistencia salvo en algún compás del primer set para acabar perdiendo por 6-3, 6-0, y 6-1 en dos horas y cinco minutos. En el coso de Los Califas, sólo hubo un tenista.

Si se trataba de hacerle, al menos, un partido duro a Nadal con vistas al domingo, nada de eso ocurrió. Sólo sirvió para que el mallorquín cogiera buenas sensaciones y se rodara. En el segundo set, el finalista del US Open consiguió 12 de 12 puntos con su servicio y no cometió ni un solo error no forzado.

Seppi, Kiefer, Roddick, Tipsarevic y Berdych ya sabían lo que era llevarse un 'rosco' jugando con Nadal en Copa Davis. El tenista de Beziers, número 15 del mundo, se suma al club. Fue un muñeco desmadejado, suicida en sus subidas a la red (4 de 19) y sin ambición. Su precioso revés a una mano no corrió. Mérito de Nadal no bajar la intensidad. Desde el 4-3 del primer set, Rafa sumó 11 juegos seguidos hasta el 3-1 del tercero. Tremendo el español, que decía llegar "justito" y consiguió su 17ª victoria en la competición de la Ensaladera por sólo una derrota (en 2004 en su debut con Jiri Novak). David Ferrer podrá salir ahora con menos presión a la pista para enfrentarse a Gilles Simon.

"Ha salido todo bien. Era un partido a priori muy complicado porque llegaba al límite. Pero él me ha ayudado, no me ha hecho jugar puntos eternos y la derecha me ha corrido. Aún así me encontré con bastante menos energía de lo habitual. Tuve la cabeza fría y no me desconcentré. Sabía que si el partido se alargaba tenía las de perder", valoró Nadal.