Tras rematar a Muller, Nadal llega a Del Potro

Tras el Middle Sunday, o sea, hoy, Wimbledon 2011 se adentra en su segunda semana con todos los favoritos a bordo: no Robin Soderling, sacado a palos del torneo por Tomic, la nueva joya australiana de padre croata. Y entre los favoritos va el cabeza de serie número uno, Rafael Nadal Parera, actual campeón y que navega un poco de tapadillo: el foco de la presión mediática cae sobre Andy Murray, sus cosas y su madre; sobre Federer, su legado y su elegancia; y sobre los modelitos, salidas de tono y tiros explosivos de Sharapova y las Williams. Incluso las penúltimas hazañas de Feliciano López (en la ruta de Murray) reciben más atención que lo que hace Nadal.

Y Nadal hace muchas cosas. Ayer remató un partido bastante parecido al que le costó la eliminación en 2005 ante este mismo extraño sacador zurdo, Gilles Muller, parecido a Greg Rusedski y de primer servicio tan ilegible como intratable. En la Pista 1, y en la tarde del viernes, Nadal había cerrado la oficina en raras circunstancias: ganó el primer set, 7-6, pero justo ahí se fue al vestuario, a las manos del trainer, que Rafa pidió cuando perdía 5-6, aunque sólo le revisó tras cerrarse el set. Mientras Nadal se trataba de una pequeña sobrecarga en el muslo, Muller le esperaba bastante de morros: había servido el 86% de primeros saques (30/35) en esa manga inicial, y bajo tal potencia de fuego había ganado el 93% de puntos. Eso sólo valió a Muller para tener dos puntos de set cuando Nadal sacaba, con 5-6 abajo. No más: Nadal, una roca ambulante, reconquistó esos puntos, forzó un fallo crucial de Muller en un smash en la muerte súbita, y una doble falta del luxemburgués, bajo tensión, hizo el resto: 7-6, primer set. Pero ahí empezó a llover, se suspendió y

De vuelta a la Pista 1, ayer, se vivió una copia del primer set, con Muller siempre más allá del 70% de primeros saques, rumbo a 17 aces. Rafa hizo reset: cometió cero errores no forzados en el segundo set. Y tres en todo el partido. Además, sirvió siete aces. En el tiebreak, con 5-4 para Nadal, todo habían sido primeros saques en el espeso pantano barométrico de la tensión. Con uno de los puntos de set del viernes y un desliz de Nadal en la muerte súbita del sábado, Rafa hubiera podido verse dos sets abajo: al cabo de la calle.

Pero, con 5-5 en la muerte súbita, Nadal restó y cortó la bola sobre el revés del tieso Muller, que se topó con la red: 6-5 para Rafa, que sirvió cuidadosamente y dinamitó el punto final del tiebreak y el set con una derecha matadora, una granada de mano. En el tercer set, Muller se rindió ante el número uno: 6-0. Mañana, hacia las 18:00 horas, Nadal regresa a la Centre Court, tercer turno ante Del Potro. Aquí sigue Nadal, en su reino del All England. Parece fácil, pero "Todo estuvo en dos o tres puntos": palabra de Rafa Nadal.