Young Boys, un equipo Champions que va penúltimo en su liga
Un pésimo arranque al que sólo sostiene la Champions. En un equipo que ha ganado seis de las últimas siete ligas suizas, ocupar la penúltima posición de la tabla tras ocho jornadas con una sola victoria es sinónimo de crisis aguda. Lo más lógico sería que el entrenador hubiera perdido ya su puesto de trabajo, especialmente si tenemos en cuenta que llegó este verano y que por lo tanto no tiene el crédito que dan los éxitos pasados. Y sin embargo, Patrick Rahmen, que firmó procedente del modesto Winterthur tras lograr una meritoria sexta plaza en el curso 23-24, sigue ocupando el cargo. Es probable que su supervivencia se deba a la brillante eliminatoria en la previa de la Champions que su equipo firmó ante el Galatasaray, al que ganó en los dos partidos mostrando una superioridad sorprendente. No pudo reproducir el mismo tono en la jornada inaugural de la competición europea, en la que el Aston Villa ganó cómodamente en Berna por 0-3. Los suizos compitieron bien en los 25 minutos iniciales frente al conjunto de Unai Emery, pero se vinieron abajo tras encajar el primer tanto. El favoritismo del Barcelona esta noche es mayúsculo.
Una derrota que detiene la remontada. El Young Boys necesitaba una victoria que pudiera servir de punto de inflexión, y tras lograrla en el campo del Wintherthur en la séptima jornada por un abultado 1-4, el horizonte parecía más despejado. Sin embargo, no se pudo dar continuidad a ese cambio de dinámica, y el 0-1 encajado en Berna el sábado frente al Grasshoppers –otro equipo de la zona baja que había arrancado la jornada incluso con peor puntuación– ha devuelto al club al catastrofismo. Los tres equipos que encabezan la tabla, el Zúrich, el Lucerna y el Lugano, le sacan ya once puntos al actual campeón, cuyo objetivo, a priori, era intentar revalidar el título.
En las bandas está el peligro. Aún presentando una notable debilidad colectiva, el conjunto helvético posee jugadores rápidos en ataque que pueden hacer daño a la línea defensiva adelantada del cuadro de Flick. En este sentido, los dos extremos son los jugadores que generan una mayor amenaza. Joel Monteiro, suizo de origen caboverdiano, fue el héroe frente al Galatasaray con un doblete en el partido de ida, y recientemente anotó un hat-trick en el único triunfo liguero de la temporada. Menos goleador pero más talentoso es el que juega en la otra banda: el gambiano Ebrima Colley, que cuenta con experiencia en la Serie A italiana tras haber militado en el Atalanta y en el Hellas Verona. Suele formar una buena pareja con el lateral izquierdo argelino Jaouen Hadjam, que es muy poderoso yéndose hacia arriba pero algo más vulnerable en el apartado defensivo. En la posición de delantero centro, el congoleño Silvère Ganvoula, que supera el metro noventa de altura, plantea una batalla física exigente. Los golpeos del mediapunta Ugrinic, especialista a balón parado, son otro punto fuerte del conjunto suizo.
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