Valverde, siempre en el medio


No fue una victoria del Madrid para sacar pecho, pero sí tan obligada como analgésica. El equipo de Ancelotti se agarra a LaLiga en un partido de sucesos, de más sacudidas que fútbol, con el resultado siempre en un puño y en el que Camavinga se sacó sus fantasmas de encima gracias a un gol terapéutico. Salió así vencedor ante un Alavés de extraordinaria intensidad pero sin idea alguna, donde solo Carlos Vicente fue una fuente de peligro en su duelo particular frente a Fran García. El Madrid supo blindarse, cuando estuvo con los mismos jugadores o con uno menos por la metedura de pata de Mbappé, aunque es cierto que se hundió en exceso y permitió a los de Coudet cargar el área sin acierto alguno. Es un problema recurrente del Alavés esta temporada, incapaz de desajustar a bloques cerrados en su propio campo. La trama demandaba un Madrid concentrado y con forro, y esa voluntad colectiva al menos se notó. Algo es algo, especialmente después del batacazo de Londres y la llamada realizada a otra remontada mágica, que se recordará siempre si es que se produce.
Ancelotti se dejó a Bellingham y Vinicius en el banquillo. Seguro que viendo la frustración de Mbappé después hubiera elegido otra opción. Con todo, lo más importante del once blanco resultó ser el regreso de Valverde a su posición fetiche. Está claro que es un comodín y que en el lateral derecho el Madrid sufre lo que no está escrito, pero también que el equipo madridista necesita, bajo cualquier circunstancia, al uruguayo en el centro del campo. Es un futbolista que hace todo sencillo. Mejora la salida con sus conducciones y movilidad, tiene desplazamiento de balón y muerde tras pérdida, así como se erige en un seguro en el repliegue y en las ayudas por dentro y por fuera. Tras la roja a Mbappé, echó un cable destacado a Lucas en la derecha para que nada se saliese del guion de orden que había planeado Ancelotti. El uruguayo tiene que jugar en el medio, más si cabe ante adversarios de la altura competitiva del Madrid. Valverde puede hacer de muchos otros, pero nadie puede hacer de Valverde.
Movimiento al espacio

El uruguayo interpreta que debe moverse en vertical para abrir líneas de pase y después tira una pared precisa con Camavinga para dejar al francés en una buena posición de remate. Dinamismo en el gol del Madrid.
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