Va por ti, Abderrahim
Dentro del drama, encontró en el equipo de su alma lo único a lo que aferrarse para no derrumbarse como lo hizo su destrozado hogar familiar. Hoy, ha recuperado la sonrisa. Detallazo del Real Madrid, un club señor.

Los sueños se cumplen. En la vida todo se puede venir abajo en un instante, en un lapso de tiempo tan efímero que jamás entenderás por qué ha pasado. Eso sucedió hace dos años en Marruecos, país vecino que se vio asolado por un terrible terremoto. Afectó sobre todo a la región de Marrakech-Safí, cerca de Ighil, en la cordillera del Atlas, con un balance final de casi 3.000 muertos, innumerables heridos y más de 15.000 personas sin hogar al quedar estos aplastados bajo los escombros. Entre esos restos de la tragedia quedaron sepultados los padres, el abuelo y dos hermanos del protagonista de esta historia. El chaval se llama Abderrahim Ouhida y se hizo célebre, dentro del drama, porque la televisión marroquí lo entrevistó para trasladar el golpe tan duro que le había deparado la vida saliendo en la imagen con la camiseta del Real Madrid. Del equipo de su alma que en ese momento era lo único a lo que aferrarse para no derrumbarse como lo hizo su destrozado hogar familiar. En el club les impresionó la historia y al verle con la camiseta blanca iniciaron la búsqueda para encontrarle como sea. Abderrahim, que ahora tiene 16 años, rompió a llorar cuando lo localizaron y le explicaron lo que iba a vivir. Ha estado una semana entera en Madrid, ha visitado Valdebebas, vio in situ el partido de Champions con el Marsella, ha hecho el Tour del Bernabéu, ha posado con las 15 Orejonas y conoció personalmente a todos los jugadores de la plantilla, que se fotografiaron con él, incluido su gran ídolo: Kylian Mbappé. Hoy alcanzó la felicidad al ser invitado para hacer el saque de honor, ni más ni menos, ante más de 73.000 aficionados que rompieron a aplaudirle mientras a él le temblaban las piernas saludando a las gradas de su templo soñado como si fuese uno de sus idolatrados héroes con botas. Abderrahim ha recuperado la sonrisa. Detallazo del Real Madrid. Un club señor.

El milagro de dos rodillas. Militao es un caso excepcional. De superación y de orgullo competitivo. Cualquiera con menos coraje hubiese arrojado la toalla después de sufrir en dos temporadas consecutivas las roturas del cruzado de sus dos rodillas. Casi nada. Se comió en silencio horas y horas de sacrificio en el gimnasio de Valdebebas, hasta sentirse a tope otra vez. Su liderazgo en la defensa nadie puede discutirlo. Y, encima, hoy se sacó un cañonazo desde más de 30 metros que dejó a Dmitrovic congelado tras doblarle el guante. Su derechazo perforó la portería espanyolista con una fuerza que puso en pie a un Bernabéu feliz con su equipo líder e invencible (por ahora). Mili sacudió los árboles y luego Mbappé remató la faena con otro derechazo sublime desde la frontal. El Pichichi y Bota de Oro sigue facturando sin piedad. Es el boss del líder. Sigue desatado.
Vini, sonríe. Con lo bueno que es, me da rabia ver a Vinicius serio, incluso después de hacer un jugadón de los suyos y verse privado de la felicidad del gol por el palo o por la estirada de Dmitrovic. El Vini que todos adoramos hubiese sonreído y habría continuado con sus diabluras, pero ahora se muestra serio y tristón. El brasileño quiere escenificar su malestar por la situación deportiva y contractual que está viviendo, pero el camino para arreglarlo es volver a reventarla y a poner al estadio en pie siendo el mejor. Los mensajes subliminales en redes sociales o gesticular su enfado tras el cambio no le ayudarán a dibujar un final feliz. Vini, vuelve a ser Vini. Por cierto, en su lugar sale Rodrygo, otro crack que nos ayudó a ganar la 14 y la 15. Rodrygo es más suplente que titular y no se está quejando. Rodry señala el camino.
Liderísimos. El Madrid se acuesta líder en solitario y así seguirá pase lo que pase hoy. Y atrás somos un muro. Amigo Xabi, vamos por buen camino.
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