Una historia de Guerreras
El deporte femenino español está gozando de protagonismo internacional en las últimas fechas. Ahí reluce el octavo título mundial del equipo nacional de pádel conquistado el sábado, que es el quinto en la cuenta particular de Alejandra Salazar. También la brillante actuación de la Selección de waterpolo, que se coronó el domingo ante la sorprendente Hungría como campeona de la Liga Mundial en Tenerife, tras superar a la siempre dura Holanda en semifinales. Hay que recordar que este mismo año ya se había colgado el oro continental.
Y de las Guerreras del agua hemos pasado a las Guerreras del balonmano, que empezaron mal el Europeo ante la anfitriona Montenegro y que no han logrado enderezar el rumbo ante Polonia, aunque todavía disponen de una bala final ante Alemania. Están muy lejos de reverdecer viejos laureles. La plata mundial en 2019 y la europea en 2014 son sus últimos podios. Ya quedan pocas de entonces… Y una de las pocas que quedan, la mítica Silvia Navarro, la gran capitana, ha pagado un precio alto con una grave lesión.
No todas son buenas noticias. Como no lo fue la eliminación de Carolina Marín en cuartos de Alemania, un doloroso cierre a una temporada en la que no ganó ningún torneo del Circuito BWF, aunque sí fue campeona de Europa. La cara buena es su regreso tras ocho meses de baja. Y que hace una semana doblegó a la número uno mundial, Akane Yamaguchi. Una esperanzadora victoria para mirar al futuro. En esas mismas fechas se celebraban las WTA Finals sin españolas, un año después del título de Garbiñe Muguruza y del gran final de curso de Paula Badosa. No han estado a la misma altura este año, pero el deporte sigue… y Badosa se ha enganchado estos días al equipo de la Billie Jean King Cup, la vieja Fed Cup. Jugar por España es una nueva experiencia para Paula. Otra guerrera para la causa.