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Una defensa endeble y destrozada

El gran problema del Real Valladolid es su sistema defensivo. Tiene más, son evidentes, pero por encima de todo el ver en lo que se ha convertido cuando no tiene el balón a raíz de la salida de Boyomo y de las visitas a Barcelona y a Vigo. Encajar 13 goles fuera de casa en las tres salidas efectuadas es algo verdaderamente inaudito. Es como si todo ese entramado que había logrado formar Pezzolano y que funcionó este año también en los dos partidos de casa se hubiera venido abajo. Un centro de la zaga que no sabe por donde se anda. Laterales despistados y fuera de sitio en las jugadas de gol. Un mediocampo que no contiene y un portero al que le llegan los balones como si se jugaran los partidos con cinco esféricos a la vez. Un desastre. Y todo eso arrastra al equipo al completo. Extremos que tienen que ayudar demasiado en defensa, delanteros a los que no les llega un balón… es triste explicarlo así, pero en esto ha sido el Valladolid de los últimos dos partidos.

Y no se va a arreglar todo con la rebeldía de la que habla el entrenador. El problema es más profundo y urgen soluciones. El uruguayo tiene que recuperar la seguridad del bloque y volver a hacer de su equipo un conjunto aguerrido y competitivo. El sábado ante la Real Sociedad es lo que todos esperamos volver a ver. El gran problema es si con lo que tiene y con las bajas en el centro de la zaga lo va a poder conseguir.

Acordarnos de Tarrega o de Boyomo ya no sirve de nada. El mal está hecho y con los bueyes que hay habrá que tirar. Y llegan las primeras lesiones, como era de esperar, y caen Javi Sánchez y Comert y el entrenador decide que sea Juric el que ocupe la posición de central derecho. Y en Vigo salió mal. Queda la posibilidad de David Torres, al que en verano se pensó en ceder para que jugará en Segunda. Y no hay más. Salvo que otra opción sea subir al juvenil Juma. Y todo eso con dos laterales solo, uno en cada lado, y sin que el izquierdo sea específico. El desastre es de tal magnitud que tapaditos deberán seguir Catoira y Paulo André para que no se les saquen cantares. Un desastre de planificación, el suyo, cuyas consecuencias estamos ya sufriendo.

Espero que Pezzolano no se deje arrastrar por esta situación y sepa inventarse algo que funcione, aunque no parece fácil. Y recurrir al comodín de fichar a algún jugador que esté a estas alturas sin equipo parece ciencia ficción. La venta de Boyomo se puede pagar muy cara y le puede costar muchos millones al club si se convierte en causa principal de los problemas que puedan llevar al Valladolid a Segunda.

Pero solo van cinco jornadas y aunque la cosa está difícil, habrá que confiar en que el objetivo se pueda lograr. Tirar la toalla lo último. Todos estamos deseando ver la puesta en escena este sábado ante la Real Sociedad y comprobar si puede volver a aparecer el Valladolid solvente de las primeras jornadas. Hay que dar tiempo para que el técnico y los futbolistas pongan remedio a esta situación y suplan las carencias y los errores demostrados a lo largo de todo el verano desde las oficinas del club. Es el único clavo ardiendo al que no queda poder agarrarnos.

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