Un Inter pletórico con un Lautaro estelar
Una racha que asusta. Las trece victorias consecutivas que lleva el Inter le han permitido sentenciar la Serie A (le saca 16 puntos al segundo), adjudicarse la Supercoppa de Italia y llegar con ventaja a la vuelta de esta eliminatoria ante el Atlético. La temporada no será perfecta porque en diciembre cayó en la Coppa ante el Bologna, pero es evidente que está siendo muy buena. La mejor desde que Simone Inzaghi se hizo cargo del equipo. Es llamativo que así sea, ya que en verano se marcharon Onana, Skriniar, Brozovic, Dzeko y Lukaku. Parecía que iba a ser un año complicado y en cambio ha sido el de la explosión definitiva. Todo es felicidad en el entorno del club en estos momentos.
Un triunfo con rotaciones. No era nada sencillo el partido del Inter en el fin de semana previo a la visita al Metropolitano. Le tocaba medirse, precisamente, a ese Bologna que lo eliminó en el torneo copero y que está haciendo una liga espectacular con Thiago Motta como entrenador (ahora mismo es cuarto y jugaría, por lo tanto, la próxima Champions League). Quizá, por ello, midió mucho la gestión de minutos de su equipo: no fue una alineación radicalmente alternativa. Cambió piezas importantes, pero no demasiadas. Dimarco, Pavard, De Vrij y Lautaro Martínez fueron los cuatro habituales titulares que se quedaron en el banquillo. No sólo eso: no jugaron ni un minuto. Sin ellos, el líder ganó por 0-1 con un gol de cabeza del defensor alemán Bisseck a centro de un Bastoni que volvió a mostrar el peligro que lleva incorporándose al ataque. Se lesionó Carlos Augusto y tanto él como Arnautovic se han unido a una lista de bajas en la que ya estaban Cuadrado y Sensi. Pero ninguno de ellos iba a ser titular en Madrid.
Defender bien y matar a la contra. El fichaje de Pavard le ha permitido a Inzaghi dibujar una línea defensiva más sólida. El año pasado, cuando llegaron a la final ante el Manchester City, Darmian era el central derecho y Dumfries el carrilero de ese lado. Ahora, Darmian, que defiende mejor que el neerlandés, ha pasado a ser el carrilero, con Pavard como central. Es, pues, más difícil generarles ocasiones de peligro buscando la espalda de los defensores de banda. También es más difícil hacerles goles porque Sommer está rindiendo a un nivel espectacular, bastante por encima del que mostró en el medio año que pasó en el Bayern Múnich. Vuelve a ser el del Gladbach y el de la selección suiza. Con un trío de centrocampistas talentosos muy comprometidos en el trabajo colectivo —nadie diría que Çalhanoglu empezó su carrera como mediapunta o atacante—, la eficacia en los últimos metros de Marcus Thuram y de Lautaro marca diferencias. El francés es potentísimo al espacio y la idea del Inter es aprovechar que el Atlético, tarde o temprano, tendrá que exponerse. Al argentino, que resuelve con calidad en cualquier situación —le da igual si el rival le defiende en el área o adelanta la línea— le está entrando todo en este curso: van ya 26 goles sumando todas las competiciones. Pero si la eliminatoria se iguala o se voltea y al Inter le toca asumir el protagonismo también lo sabrá hacer. Inzaghi ha construido un equipo nada dogmático, adaptable a múltiples contextos y extremadamente fiable.