El sueño cumplido de un Euskadi-Palestina
La selección palestina es una forma de gritar al mundo que siguen ahí. Y las protestas en La Vuelta, del poder del deporte para mover conciencias.
Guardo como un tesoro la camiseta con el 4 de la selección de Palestina que me regaló hace unos meses Yaser Hamed. Es roja, de Kelme y es una de las que ha utilizado en sus más de 30 partidos internacionales. “La selección es una manera de poder decir que estamos aquí”, reivindica. Hamed se convirtió a los 21 años en un embajador palestino gracias a un mensaje en Facebook de la federación que le informaba de su convocatoria gracias a su buena temporada con el Portugalete. Su padre llegó a Madrid en los 70 desde Gaza y acabó instalándose en Bilbao como médico. Hasta ese mensaje Yaser no había oído hablar nunca del equipo de Palestina. Casi una década después de ese mensaje Hamed vive en Qatar y juega en el equipo de Joselu.
Me contó su historia hace unos meses, con el genocidio en Gaza, incluido el pueblo de su padre, en marcha. Me impactó mucho cómo medía cada una de sus palabras hacia Israel. Se refería a ellos como “el otro país”. Aseguraba que lo vigilaban todo, cada afirmación en una entrevista, cada llamada y que le podía generar problemas para viajar con el equipo nacional. Cuando repaso la conversación que tuvimos me parece algo frívolo que dedicáramos parte de la charla a explorar las posibilidades de un Euskadi-Palestina en San Mamés. Él ya lo había intentado puesto que había sido internacional con las dos selecciones. Me parecía irrealizable, ahora lo veo indispensable.
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Mientras escribo estas líneas, el periodista Nicolás Castellanos anuncia en La Ser que el sueño de Yaser Hamed se hará realidad el 15 de noviembre. El avance cruel del genocidio del gobierno israelí ha despertado una oleada solidaria entre los españoles que el Gobierno parece haber tomado como mandato. La manifestación masiva contra el equipo proNetanyahu de la Vuelta ha demostrado el poder del deporte para mover conciencias. También ha retratado la miseria moral de los que critican la protesta. Quizá un Euskadi-Palestina, aprovechando la presencia de Yaser Hamed, tiene sentido. Pero ¿y si nos hemos quedado cortos? ¿Por qué no un España-Palestina en el Bernabéu?
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