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Un Eurobasket galáctico

Eslovenia defiende a partir de este jueves el título continental que conquistó en 2017. Han pasado cinco años. Una larga espera. El lapso tiene dos explicaciones. La primera es la nueva periodicidad: el Eurobasket ha dejado de ser bienal para convertirse en cuatrienal. Luego hubo que añadirle un año más por la pandemia. El motivo del cambio de intervalo fue ganar en impacto, servir un producto más exclusivo. Y bien que lo ha conseguido. Este torneo, que acumulaba históricamente muchas renuncias, ha logrado atraer a las grandes estrellas europeas, que en este periodo de la vida coinciden también con algunos de los principales astros de la NBA. Están los dos últimos MVP, Nikola Jokic y Giannis Antekounmpo. Y el aspirante al próximo: Luka Doncic. Junto a ellos, otros hombres fuertes de la liga norteamericana: Rudy Gobert, Domantas Sabonis, Jonas Valanciunas… También los mejores de la Euroliga: Vasilije Micic, líder de las dos últimas Final Four, con su compañero Shane Larkin… Y, por qué no decirlo, también el MVP de la ACB, la liga con más jugadores: Dzanan Musa.

Entre tanto resplandor, se echa en falta a un español en la foto. No es que no existan. Incluso tras las retiradas de los Gasol, los sigue habiendo. Está Ricky Rubio, el MVP del último Mundial, que ha sido baja por una grave lesión. Y está, también, Nikola Mirotic, el MVP de la Euroliga, mermado por problemas físicos y por su falta de compromiso con la Selección. El caso es que ninguno de ellos ha venido, así que lo más parecido a ese brillo se concentra en Rudy Fernández, el superviviente de la época dorada, dos veces campeón del Mundo y tres de Europa. Un ejemplo para liderar una difícil transición. España lleva diez ediciones seguidas llegando al menos a las semifinales, una fase que ahora se otea allá a lo lejos, muy lejos… La historia obliga a dejarse el pellejo en el empeño.