NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Un bronce a la persistencia

Mohamed Katir y Asier Martínez aterrizaron este jueves en Madrid con sus medallas de bronce al cuello. Ambos se han subido al podio en los Mundiales de atletismo de Eugene, donde la Selección todavía exprime otras posibilidades de éxito como la marcha o los 800 metros. No han sido, sin embargo, las únicas medallas que ha conseguido el deporte español en disciplinas olímpicas en la presente semana. Araceli Navarro se colgó el miércoles otro bronce en la modalidad de sable, en los Campeonatos del Mundo de esgrima. Uno de esos deportes que pierden mucho foco mediático fuera del periodo de unos Juegos Olímpicos. La madrileña recoge así, a sus 32 años, el premio a una dilatada carrera que proyectaba mucho brillo en su juventud, pero se quedó en el camino. Nunca es tarde.

Araceli se clasificó para los Juegos de Pekín 2008 con 18 años. Tenía todo el mundo por delante. El 9 de agosto, el día que cumplía 19, quiso regalarse una gran actuación. ¿Por qué no una medalla? Pero el destino le había reservado todo lo contrario, la imagen desgarradora de una lesión. “¡Mételo como sea, por favor!”, le escuchamos decir, retorcida de dolor, cuando se le salió un hombro en pleno combate. Ahí acabó su experiencia olímpica. Al día siguiente, José Luis Abajo lograba el bronce en espada, la única medalla de la esgrima española en unos Juegos. Las vueltas de la vida han querido que Pirri sea en este momento el presidente de la Federación. Por esas casualidades. Una temporada después, ya operada, Navarro logró el bronce en los Mundiales Júnior, pero lo que no ha podido nunca es volver a unos Juegos, eliminada en los duros Preolímpicos: ni en Londres 2012, ni en Río 2016, ni en Tokio 2020… El bronce de El Cairo resarce en parte esa senda infructuosa. Es un bronce a la persistencia que despierta el sueño olímpico, un objetivo llamado París 2024. Nunca es tarde.