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Un arranque tumultuoso alrededor de Osimhen

El año después del título. Todo el mundo sabía que la temporada posterior al histórico Scudetto conquistado el curso pasado iba a ser difícil. Por muchas razones: porque la comparación siempre se perdería, porque mantener ese tono era prácticamente imposible y porque tras un éxito como ese en clubes como el Nápoles siempre se produce un éxodo de talento. En esta ocasión, se consiguió que la fuga de cracks fuese mínima: permanecieron en la plantilla diez de los once titulares habituales de la escuadra campeona, con las magníficas noticias de las continuidades de Kvaratskhelia y Osimhen. Sólo se fue el muy buen central coreano Kim Min-Jae, pero lo más grave ocurrió en el banquillo. Spalletti, agotado por la tensión vivida en una ciudad tan apasionada y en un club tan particular, dimitió para recuperar la calma -luego lo ficharía la selección italiana, pero esa ya es otra historia-. Lo que sorprendió fue el sustituto elegido por De Laurentiis: el francés Rudi Garcia, que tras su última experiencia en el Al Nassr saudí parecía ya fuera de la rueda de la élite europea. Es cierto que el recuerdo que se tiene del galo en Italia es bastante bueno por su estancia en la Roma, con la que consiguió acabar segundo tras la Juventus en sus dos únicas temporadas íntegras -en la tercera fue destituido en enero-. Su inicio ha sido complicado: tras tres jornadas consecutivas sin ganar entre la tercera y la quinta -una derrota en casa ante la Lazio y dos empates en Génova y en Bolonia-, incluso se pudo observar a Osimhen discutiéndole una sustitución y su elección táctica. Desde entonces, sin embargo, el equipo ha mejorado: ha ganado por 4-1 al Udinese y por 0-4 al Lecce. Ahora mismo es tercero a cuatro puntos de los dos equipos de Milán.

Osimhen, el ruido que no cesa. La del cambio en Bolonia no ha sido la única controversia en la que se ha visto inmerso el punta nigeriano en los últimos tiempos. En verano se especuló con fuerza que podía abandonar el club, con ofertas millonarias de Arabia Saudí tentándole. Se llegó a publicar que la del Al Hilal le atraía, pero el Nápoles consiguió retenerlo. Su contrato acaba en junio de 2025 y De Laurentiis no va a vender barato. El último episodio hace pensar que pronto regresarán los rumores sobre su futuro: tras la publicación de un sorprendente vídeo en TikTok en el que la cuenta oficial del club se burlaba del penalti fallado por el propio Osimhen en Bolonia, el agente del jugador amenazó con emprender acciones legales contra la entidad y el futbolista borró todas sus fotos con la camiseta del Nápoles en Instagram. La tormenta ha sido absoluta en la ciudad partenopea desde entonces, aunque el goleador ha seguido rindiendo en el campo: desde la polémica ha anotado en los dos encuentros posteriores.

Un problema con los centrales. Rudi Garcia no ha modificado prácticamente nada con respecto a la estructura del equipo campeón: se mantiene el 4-2-3-1 y, aunque Spalletti creía más en el fútbol asociativo, ha dado continuidad también a la idea. Lobotka es el director de orquestra en un centro del campo en el que Zielinski llega y Anguissa presiona. En cuanto a las bajas, llega a este partido ante el Real Madrid con una cierta debilidad en el eje de la zaga. Además de marcharse Kim al Bayern, tiene lesionados a sus dos titulares: Rrahmani, que ya lo era la temporada pasada, y Juan Jesus, que es el que ha suplido al coreano. Frente a los blancos tendrá que optar por el noruego Ostigard, que es muy poderoso en el juego aéreo, y el brasileño Natan, que cuenta con muy poca experiencia en el fútbol europeo.