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Tres instantes de una final inolvidable

Primer instante: el gol. El partido empezó con malas trazas, con la impresión de que las inglesas eran más fuertes y seguras y un tirazo al larguero de Hemp que nos dejó temblando. Pero pronto el plan se hizo visible: las subidas de las laterales, a la espalda de las carrileras inglesas, mientras Salma tenía en vilo a las tres centrales. Y en el 29′, el gol. Un balón muy bien robado y sacado de atrás, tres toques, Mariona finalmente en profundo para Olga Carmona, la briosa lateral de sangre agarena que culmina con un tirazo cruzado a ras de tierra, al ‘rincón de Ordóñez’. Golazo de la muchacha que hacía pocas horas había perdido al padre y no lo sabía.

Segundo instante: el penalti. Ahí se pudo cerrar el partido, pero no. Avanza el segundo tiempo, España manda en el marcador y en el juego y Walsh corta un balón con la mano en el área. Tori Penso, la árbitra estadounidense, no lo ha visto, pero el VAR le avisa, va, consulta, pierde su tiempo, pero lo pita. Mientras, la grandullona Bright ha talonado el punto de penalti, convirtiéndolo en hoyo. Jenni Hermoso coloca el balón como puede, Bronze, que me pareció bastante borde, va allí a piarlas y a comerle la moral (pienso que mereció tarjeta) y lo consigue. Jenni telegrafía el tiro, Earps vuela y para. Ha despegado claramente antes, pero ahora el VAR se inhibe.

Tercer instante: Cata Coll descuelga el último balón. España controla, pero cuando la tablilla anuncia el tiempo a recuperar nos comemos las uñas: 13 minutos. Es la moda, qué vamos a hacerle. Luego se convertirán en más de 15, con un episodio final tremebundo: córner en contra, con la meta Earps al remate. Veintiún jugadoras, todas menos la lanzadora, están en el área de Cata Coll, todos tenemos el corazón en un puño menos ella. El saque es bueno, el balón vuela hacia el segundo palo, a la altura del área chica, para el remate de Bright, pero Cata se eleva y lo descuelga como si nada. Acción grande de portera grande. Y, ahora sí, el final.