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Todos los nombres

Cuanto más cercano está el fichaje de Koundé por el FC Barcelona, más improbables parecen los de Azpilicueta y Marcos Alonso, a pesar de los rumores. El despecho del Chelsea por la decisión del central francés, seducido por un Barça que le ofrece menos dinero, pero más entusiasmo y mitomanía, ha provocado que Tuchel aplique una especie de veto enrabietado a la salida de los dos defensas. El intercambio de golpes se está volviendo shakespeariano, un cruce de venganzas, y en el fragor del duelo se ignoran algunos detalles. Los nuevos dueños del club de Londres, con el propio Tuchel, deberían preguntarse por qué razón la defensa del Chelsea decide marcharse en pleno: Rüdiger al Real Madrid, y Christensen ya en el Barça, y los dos españoles procurando su salida. Mientras, en Barcelona también deberían saber que la avaricia rompe el saco, y preguntarse qué vale más, si un buen central donde ya hay cuatro —Piqué, Araújo, Christensen y Eric Garcia— o apuntalar los laterales, ahora en manos de Dest y Alba, y con Balde en la reserva.

Con la llegada de Koundé, Xavi tendrá siete jugadores nuevos, sumando el refichaje de Dembélé, en una plantilla muy larga y que por ahora sigue sin soltar lastre. Para consolidar su proyecto, su principal tarea será la de adaptar los talentos individuales a la tradición futbolística del club. El aficionado se aprende los nombres, compra el cromo con ganas, pero no es tan fácil que los nuevos entren en la memoria colectiva. Existe una continuidad histórica que es respetable y necesaria. Ahora ya hay quien ve a Puyol en la entrega de Araújo, y la sombra de Iniesta planea en algunos gestos de Pedri y Gavi; Raphinha quizá ofrecerá retazos de Rivaldo y de Neymar, y Busquets seguirá siendo Busquets un curso más. Lewandowski, por su parte, recuerda que le será fácil adaptarse porque en su día ya entrenó con Guardiola en el Bayern. Adaptarse al Barça de Xavi, pues, es ser uno mismo y a la vez ser un poco el recuerdo de los otros, garantes de un estilo.