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Sorloth se lo pone fácil a Ancelotti

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Con los ojos puestos en Wembley, el Madrid puede sacar varias cosas en claro de su visita al Villarreal. Lo bueno es que Güler es un cañón, que Modric permanece en el tiempo, que Joselu y Lucas son tipos de fiar y que Brahim puede cambiar todo un partido. Lo malo, que también puede ser bueno por si a Ancelotti le asaltaba la duda en algún momento, es que Militao no está para nada. Sorloth zarandeó al central brasileño e hizo estallar cualquier mínima opción de la candidatura del defensa a la titularidad en la final de la Champions. Militao perdió por alto y por bajo, lento en la anticipación y descuidado en las vigilancias. Estuvo superadísimo, poco contundente y vacilante en cada acción de juego. Así no hay manera de que pueda postularse. Ante la crudeza del panorama, a Ancelotti no le quedó más remedio que cambiarle para acabar con el esperpento. Si había algún dilema, Sorloth lo hizo saltar por los aires.

Antes de la dimisión defensiva, no solo imputable a Militao, el Madrid demostró tener dos equipos en uno otra vez. Casi sin quererlo, puso contra las cuerdas al Villarreal con sacudidas imparables. No es coyuntural, sino que obedece a una plantilla larga y perfectamente compuesta. Ancelotti tiene una materia prima que no posee nadie, y los Lucas, Güler, Brahim o Joselu se encargan de recordarla en cada oportunidad que disfrutan. Ante un Villarreal de feria en defensa combinó pausa con movilidad y cordura con pegada. Lucas se proyectó con su profundidad, insistencia y determinación para asistir y golear, Modric declaró que su tiempo sigue presente, Brahim medió con su calidad entre líneas, Joselu dominó los apoyos y el área y Güler fue un tiro. No es que los marcase a pares, es que acreditó con sus movimientos y controles entender el juego como solo lo hacen los elegidos. Güler gobernó el espacio y el tiempo tanto fuera como dentro del área bajo el timing en sus desmarques y la finura en la ejecución, siempre eligiendo bien. La cosa funcionó hasta que llegó la dispersión de Militao y una conclusión definitiva para Wembley. Los centrales son Rüdiger y Nacho.

La desatención continua

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Sorloth ganó a Militao cada duelo aéreo porque tuvo la capacidad para separarse y medir después el salto. El brasileño nunca referenció bien su marca, perdió la posición y quedó vendido.

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