Siga o no Ronaldo, el club no se puede parar
Semanas de incertidumbre en torno al Real Valladolid. Lo único certero, afortunadamente, es que el equipo arrancará en Primera División allá por el fin de semana del 16 de agosto. Lo demás, en bastantes aspectos, está cogido únicamente con alfileres. Y me refiero, evidentemente, a la posibilidad real de que antes o después Ronaldo decida que vende elclub. Descartada la intención de la empresa vallisoletana Inexo, la opción más real y que se sigue manteniendo con el paso de los días, tal y como hemos confirmado en la Cadena SER, es la posibilidad de que los hermanos Fernández Fermoselle pudieran tomar el relevo del brasileño y volver a convertirse en propietarios de la institución blanquivioleta. Los contactos siguen y la idea de vender de Ronaldo también. De momento eso es lo que hay. A esperar.
Y ante tanta incertidumbre en torno a la propiedad del club, cada vez es más importante la sensación de que desde las oficinas de Zorrilla se va con el freno de mano echado para todo. Está bien tener en cuenta que si Ronaldo se va y llegan otros dueños puedan ser estos los que tomen decisiones que afecten al futuro de la entidad, pero mientras no se confirme el nuevo desembarco ni la salida de Ronaldo, lo que no puede hacer el club es estar parado a la espera de esos inciertos movimientos. Los despachos de Zorrilla pueden estar a la espera de conocer el límite salarial para evaluar bien como se van a gastar los millones para confeccionar la plantilla, pero de ahí a estar dando largas a todo por si llegan nuevos dueños… estarían cayendo en un error monumental que podría generar una situación similar a la del año pasado cuando llegue el inicio de la competición.
El club debe seguir con su día a día normal. Presentará su campaña de abonados, sus equipaciones, cerrará amistosos, de hecho ya hay varios comprometidos e iniciará las mejoras de los exteriores del Estadio Zorrilla. Pero también tiene que decidir a la hora de las altas y las bajas. Junio es un mes de poco movimiento, pero si de irse posicionando a la hora de poder llegar en su momento a culminar determinadas operaciones. Estamos ante un Valladolid que no es fuerte en el mercado y que tendrá que agudizar el ingenio para fichar. Gente joven con proyección, tipo Boyomo, que puedan ser incorporados en propiedad. Cesiones de equipos importantes, tipo Tarrega, que lleguen con hambre de consolidarse y ayuden subiendo el nivel de la plantilla. Y oportunidades de mercado que puedan surgir. Catoira demostró desde que llegó que su porcentaje de acierto ha sido bastante elevado, Biuk, Juric, Sylla, Amath, Tarrega, al igual que Fran Sánchez también acertó con fichajes clave como el de Moro o el de Boyomo. A Catoira le salió bien hasta lo de Negredo con el decisivo golazo de Alcorcón. Habrá que ver si mantiene el ritmo en un mercado tan difícil como el de la Primera División. En su anterior experiencia bajó al Espanyol. Es de esperar que este año pueda sacarse la espina con el Real Valladolid.
Verano, pues, de paciencia pero sin dormirse. Con la confirmación de que Pezzolano sigue, mientras siga Ronaldo. Porque si hay cambio la continuidad del uruguayo podría estar en el aire. Pero tampoco se compra un club en dos días aunque quedan dos meses por delante hasta que empiece la temporada.
Por cierto, el Estadio Zorrilla tiene ya 42 años. Es hora de que, por fin, alguien decida mejorar su imagen exterior. 42 años en los que nadie ha hecho nada, ni club ni Ayuntamiento, por mejorar su imagen, sus exteriores, sus accesos. Bueno, pues por fin alguien hará algo. Será más de imagen que de otra cosa, pero vendrá bien. Mientras, seguimos esperando sentados, y seguiremos, la remodelación prometida por Jesús Julio Carnero. Bienvenido sea lo que ha decidido hacer el Real Valladolid. Menos es nada.
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