OPINIÓN

Rüdiger da la vuelta a la tortilla

Militao y Rüdiger. Rüdiger y Militao. Los dos apuntan a ser la pareja de centrales de este Madrid 2.0 de Ancelotti en el que intenta a justar un par de destalles sobre aquel que le dio el doblete la temporada pasada.

ELCHE, SPAIN - OCTOBER 19: Antonio Rudiger of Real Madrid  during the La Liga Santander  match between Elche v Real Madrid at the Estadio Manuel Martinez Valero on October 19, 2022 in Elche Spain (Photo by David S. Bustamante/Soccrates/Getty Images)
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Marco Ruiz
Nació en Granada en 1977. Licenciado por la Universidad Europea, entró en AS en 1999, por tanto, es canterano y ‘one club man’. Tras hacer la información del Atlético dos años pasó a formar parte de la sección del Real Madrid, de la que ahora es su Redactor Jefe. Cubrió la Eurocopa de 2008, tres Mundiales de Clubes y una final de Champions.
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Militao y Rüdiger. Rüdiger y Militao. Los dos apuntan a ser la pareja de centrales de este Madrid 2.0 de Ancelotti en el que el técnico intenta ajustar un par de detalles sobre aquel que le dio el doblete la temporada pasada. Carletto es hombre de fútbol y quiere ser justo y andarse con mucho tiento. Y está consiguiendo ambas cosas. A Rüdiger le ha tocado esperar. Ha sido una situación extraña: un suplente con perfil de titularísimo. Pero el partido anterior al Clásico, frente al Shakhtar, fue un punto de inflexión para él. Marcó un gol vital para el Madrid que encarriló la clasificación para octavos de la Champions y dio aire al equipo para este tramo final antes del parón. Y eso coincidió con un error garrafal en defensa de Mendy que dio origen al gol ucranio que casi complica la vida a los blancos.

Sólo la brecha en la frente y el hinchazón de su ojo izquierdo privó a Rüdiger de la titularidad ante el Barcelona. O al menos es fácil hacer esa cábala. Para colmo, Mendy quedó otra vez retratado en el gol de Ferran. No es buen momento para empezar a fallar con Rüdiger, impetuoso hasta límites insospechados, empujando por atrás. El partido que hizo el alemán en Elche junto a Militao, tan sólido, y la soltura con la que Alaba se desempeñó en el puesto de lateral (marcó un golazo que le fue anulado) hacen fácil pensar en un Madrid campeón con ellos dos en el campo. Es lo único que se puede mejorar, esas dos torres inexpugnables formando un muro, de aquel brillante Madrid del doblete.

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