Rins resucita a Honda

Una de las grandes noticias del fin de semana para el deporte español, seguramente la más grande, fue la victoria de Álex Rins en el GP de Las Américas. Por múltiples enfoques. Para empezar, porque Rins confirmó su idilio con Austin, donde ha ganado en todos los escalones: ahí logró su primer triunfo mundialista en Moto3, luego venció en Moto2, y ahora suma su segundo éxito en MotoGP. También porque remataba un domingo glorioso para el motociclismo español, al completar el pleno en las tres cilindradas, tras las victorias de Iván Ortolá y Pedro Acosta en las carreras previas. Esta es la 39ª vez que tres pilotos nacionales suben a lo más alto el mismo día, si bien en los últimos tiempos cuesta más en la categoría reina.

La tercera razón, no menos relevante, fue el regreso de una Honda al primer peldaño. El ‘ala dorada’ no triunfaba en MotoGP desde Marc Márquez en Misano 2, en el GP de Emilia Romaña, el 24 de octubre de 2021. Desde entonces se habían celebrado 24 carreras, que son 27 si sumamos las tres de Sprint. Para encontrar una moto satélite, como es la LCR Honda de Rins, hay que irse todavía más lejos, a Cal Crutchlow en Argentina, el 8 de abril de 2018. Demasiado tiempo de esterilidad para una marca tan laureada, que ha escrito páginas de leyenda en el Mundial. Recordemos algunos ilustres apellidos: Márquez, Stoner, Hayden, Rossi, Crivillé, Doohan, Lawson, Gardner, Spencer... Después de su éxito, Rins ha reconocido que “la moto no está todavía para ser campeona del mundo”, pero si unimos su victoria a la pole y a la tercera plaza al esprint de Marc en la cita inaugural de Portimao, hay brotes verdes que pueden trabajarse para el futuro. Esa es una de las reivindicaciones del propio Álex Rins, que ha presentado sus credenciales para crecer con Honda, y para hacerla crecer. Estados Unidos ha señalado el camino de retorno.