Ricky está de vuelta
Ricky Rubio ha vuelto a disputar un partido oficial después de más de un año en el dique seco. En concreto, 380 días después de romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, una de las lesiones más graves a las que se puede enfrentar un jugador de baloncesto. Aquel 29 de diciembre de 2021, Ricky llevaba unos números estelares frente a los New Orleans Pelicans: 27 puntos, 13 rebotes, 9 asistencias… El base de El Masnou estaba en un momento dulce con los Cleveland Cavaliers, en el que había multiplicado sus capacidades de liderazgo, con mayor aportación en ataque, además de sus conocidas cualidades defensivas y distributivas. Ricky se había ganado el respeto de sus compañeros, de sus entrenadores, de la afición… Era, y es, un jugador muy querido. Por eso los Cavs no dudaron en rescatarle, tras mandarle en una operación de mercado a los Indiana Pacers, una camiseta que nunca vistió. El español volvió a sentirse importante en Cleveland, después de aquel zarandeo por varios equipos al que fue sometido tras salir de los Phoenix Suns. Se siente en casa.
Rubio ha regresado con una actuación que dista todavía de aquellos dígitos sublimes, pero con destellos que recuerdan al mejor Ricky: 9 puntos, 3 rebotes, 1 asistencia y ninguna pérdida, con dos triples, en los 10:27 minutos que estuvo en la cancha. Su técnico, J. B. Bickerstaff, elogió su labor y recordó un detalle: “Sus compañeros simplemente le aman”. En ese ambiente de trabajo, Ricky tendrá más fácil volver a ser el que era. La Selección también agradecerá su regreso, en un importante año con el Mundial de fondo, allí donde España defiende el título de 2019 y Ricky defiende su condición de MVP. Aquel campeonato donde el base catalán condujo al equipo a la cima y se coronó como el número uno. El baloncesto es un deporte mejor con su vuelta.