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Red Bull surca otra galaxia

Fernando Alonso desató la ilusión el sábado, cuando logró la segunda plaza en la calificación del GP de Arabia Saudí, y la convirtió en locura el domingo, cuando accedió a la primera posición de la carrera tras adelantar en la salida a Checo Pérez. El esperanzador debut de Alonso, con su tercer puesto en Bahréin hace dos semanas, ha conseguido rescatar pasiones que estaban aletargadas. El asturiano vuelve a pelear en las posiciones de vanguardia con su nuevo Aston Martin, los podios forman otra vez parte de su rutina. El sueño de la victoria 33 ondeaba en esos prolegómenos, casi diez años después de su último triunfo en la Fórmula 1, pero hay una rotunda realidad que nos despertó de golpe: la superioridad del Red Bull.

Por un lado, Checo recuperó rápido el liderazgo de la carrera, que ya no soltó hasta cruzar la meta. Por otro, Verstappen demostró que la parrilla inicial no era un reflejo fiel, con una remontada que le condujo del 15º al segundo puesto. El Red Bull surca otra galaxia, inalcanzable, al nivel de los Mercedes de hace un par de años, y sólo algún suceso extraordinario puede desplazarles de la cabeza. Después de ver el carrerón de Pérez en Yeda, el problema del equipo austriaco no se adivina fuera, sino dentro, en la lucha interna que puede generarse entre dos pilotos que hasta la fecha ruedan en máxima igualdad.

Alonso tendrá que pelear por los podios, y esperar que alguna anomalía de la competición le preste una oportunidad. Su sitio dentro del circuito se encuentra este año en el tercer peldaño, que no es poco. Siempre que los jueces de la FIA no vuelvan a amagar con bajarle otra vez del cajón. El podio 100 subió finalmente al casillero del español, aunque no parece que el contador se vaya a quedar congelado ahí. Dos carreras, dos podios. Su lugar está allí arriba en la presente temporada. Otra cosa será la victoria 33. Reservada, de momento, al coche galáctico.