Que pase el siguiente...
Que pase el siguiente… El titular desprende un tono desafiante, incluso una pizca de chulería, pero sin duda unifica el camino de las dos Selecciones que compitieron el pasado fin de semana con éxito. España cumplió el objetivo inmediato en el doble frente, en el Campeonato de Europa de rugby y en la Copa Davis de tenis, pero todavía resta un último obstáculo para alcanzar la meta. En el caso del XV del León, la paliza a Holanda deja la clasificación al Mundial de Australia 2027 en un asequible paso: hay que ganar el domingo en Ginebra. En el caso de la Davis, el triunfo sobre Suiza (1-3) conduce al siguiente cruce en septiembre, ya en casa y sobre tierra, frente a la Dinamarca de Holger Rune, con la que se jugará el pase a la fase final de Bolonia.
Los dos choques del pasado fin de semana se presentaban factibles, especialmente en rugby, pero la propia historia del deporte empujaba a la cautela en los discursos previos. Como dice Jon Zabala, el capitán de Los Leones: “Las hemos visto de todos los colores”. Prudencia al margen, ni Países Bajos, ni mucho menos la próxima Suiza, equipo vapuleado en su último encuentro ante Georgia por 110-0, están a la altura de la actual España. Pero existen antecedentes no muy lejanos para desconfiar, como aquella Bélgica fielmente acompañada por un árbitro, Vlad Iordachescu, de la misma nacionalidad rumana que el entonces presidente de Rugby Europa. Algo similar ocurría en el tenis. Los jugadores españoles exhibían bastante mejor ranking que sus rivales, pero la Davis ofrece infinitos ejemplos de equipos locales que, con la superficie y el público adecuados, se crecen en casa. A eso se unía la inexperiencia hispana, con Roberto Carballés, que debutaba con 31 años, y Pedro Martínez, que se estrenaba como número uno. Pero los dos hicieron una labor muy seria, igual que Jaume Munar en el dobles, y lograron la clasificación. Que pase el siguiente...