Puntos sin brillo
Once puntos de quince y terceros en la tabla, no está mal, pero sin enamorar con el juego.
Once puntos de quince y terceros en la tabla, no está mal, pero sin enamorar con el juego. De momento, Almada ha formado un bloque eficaz y trabajador más que uno que realice un fútbol vistoso y de gran calidad. Seguramente porque no tenga los jugadores adecuados para hacerlo, pero intuyo que también por las características que el uruguayo le está transmitiendo al equipo. Generalmente equipos que corran, peleen y muerdan no suelen ser los más asemejables con el ‘Tiki Taka’. Y parece que los pucelanos son más lo primero que lo segundo. Cualquier método es válido si al final se consiguen los objetivos, pero un poco menos de lo primero sí lo sacrificaríamos por un poco más de lo segundo. Igual, si el Real Valladolid domina el juego teniendo la posesión del balón y siendo más vistoso en su fútbol, no necesitaría tanta garra e intensidad. En cualquier caso, el equipo es a día de hoy lo que es y no sabemos si la aportación de Lachuer, de Canós o de Javi Sánchez sacando el balón jugado, le van a cambiar un poco el semblante. Creo que es una sensación que tenemos todos de que el fútbol del conjunto blanquivioleta va a tener que mejorar para mantenerse mucho tiempo en las primeras posiciones de la tabla.
Y hasta que sepamos si la plantilla da para más o si el técnico va a ser capaz de hacer jugar un mejor fútbol a su equipo, nos agarramos a lo que hay y podemos llegar a la conclusión de que, al menos, en el banquillo hay un tipo que parece muy íntegro con la institución que le paga y que va a tratar de sacar el máximo rendimiento de cada jugador. El hecho de que después de ganar al Almería mantuviera su decisión de dar solo un día de descanso en vez de los dos que le pidieron los jugadores, habla muy bien en su favor.
Después de lo que pasó la pasada temporada donde todo fue un desastre y los jugadores, cada uno, estuvieron haciendo la guerra por su cuenta, hemos pasado a un sargento de hierro, que no se casa con nadie, y que tiene la disciplina grupal como concepto número uno en cada equipo en el que está. Hemos pasado de Álvaro Rubio, que fue incapaz de apartar a un jugador que se comportó como lo hizo Luis Pérez el pasado año, a Almada, que le puso la cruz a Amallah y le comunicó al club que no lo quería en la plantilla bajo ningún concepto. Cuando un técnico demuestra ser blando una vez ha perdido la autoridad para siempre. Álvaro Rubio no puso mano dura, jamás castigó públicamente a los jugadores en sus ruedas de prensa por más que lo merecieran. Fue un pusilánime que no quería problemas. Almada tiene carácter y los jugadores lo saben. Por eso le respetan.
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Y el domingo a Albacete, una gran oportunidad para consagrase en la parte alta. En una Liga loca en la que el colista le mete cuatro al líder en su casa o el Granada de Pacheta, uno de los favoritos, está en plena crisis a las primeras de cambio. Por eso no hay que fiarse del Alba, ni de nadie. Con esa garra de cada partido y un poquito más de juego, soñamos con una nueva victoria en el Carlos Belmonte.
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