Primero Courtois, después Vinicius
Gento ya tiene compañía en su hasta ahora personal Olimpo de hexacampeón de Europa. De golpe se le reúnen dos canteranos, Carvajal y Nacho; un balón de oro, Modric; y un alemán impasible, Kroos, que ha tomado la decisión de abandonar el fútbol en todo lo alto y que antes de enrolarse en el Madrid ya traía una Champions del Bayern. Decimoquinta Copa de Europa-Champions para el Madrid, novena final consecutiva ganada. La Copa que Nacho elevó ratifica por enésima vez el poderío del Madrid, mejor Club Mundial del siglo XX según nominación oficial de la FIFA, mejor club del siglo XXI en el sentir de todos los aficionados del mundo.
Con las virtudes de siempre: esfuerzo, convicción, solidaridad. Y una rara ciencia para salvar situaciones difíciles. También en este sábado 1 de junio. Porque durante el primer tiempo fue muy superior el Borussia, que de ninguna forma mereció llegar al descanso sin marcar. Esperó atrás y salió con mucho peligro, en parte porque el Madrid descuidó a sus lanzadores en largo, sobre todo a Schlotterbeck, y en parte por sus flechas arriba. Los amarillos llegaron mucho y remataron bien varias veces. Courtois se vio exigido a fondo y respondió como lo que es: el mejor portero del momento. Durante la primera mitad, ningún otro jugador estuvo bien, y varios ni siquiera regular. El Borussia fue mejor en todo. Seguro de su plan, más enérgico. El Madrid no llegaba y retrocedía en pánico y desorden ante los espeluznantes contraataques del rival.
La segunda mitad tuvo un tono distinto desde el principio, y todo el proceso fue un ir a menos del Borussia y un ir a más del Madrid. Ancelotti abrió a los dos extremos, movimiento que favoreció las cosas tanto como el bajón de ritmo de los borussers. Vinicius puso el resto, desarticulando con su velocidad y regate el sistema defensivo rival. A partir del primer gol, córner de Kroos y cabezazo de Carvajal, el chico que puso la primera piedra en Valdebebas, el Borussia se hundió del todo. El Madrid terminó a placer, agobiando a Kobel y cerrando el marcador por medio de Vinicius, que puso el sello definitivo. Justo premio a un jugador que pesó en la segunda parte tanto como Courtois en la primera. ¡Y el Madrid ya tiene quince!
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