Premio opinable, ninguneo indiscutible
A Dembéle le avalan sus goles y sus títulos, pero se le queda corto el carisma. El undécimo puesto de Pedri suena ofensa.


El Balón de Oro viene a ser el resultado de una consulta a casi un centenar de periodistas de todo el mundo a los que se pide que, metafóricamente, echen a pies y elijan quiénes estarían en su bando en un hipotético partido de fútbol. Hasta 47 jugadores coleccionan el esférico galardón, cuyas restricciones hasta 2007 no permiten establecer quiénes fueron los mejores de la historia. Solo desde esa fecha son elegibles futbolistas de todo el mundo. Antes solo se permitía votar a europeos (hasta 1995) o jugadores que actuaran en Europa. Un estudio de France Football determinó que sin esas restricciones Pelé hubiera ganado siete y Maradona, dos.
Las bases del premio exigen a los votantes tener en cuenta los resultados obtenidos individual y colectivamente, la clase del jugador, su carrera y su carisma. Innegables los méritos de Dembélé en los tres primeros criterios, discutibles los otros dos. Reconozcámosle el gran año, pero recordemos también su carrera irregular y un comportamiento, a veces, poco ejemplar. Hizo 35 goles en el curso pasado, dos más que en seis años en el Barça, donde acumuló lesiones y desplantes. En 2022 Mateu Alemany pidió su salida del club por falta de compromiso. En su primer año en el PSG fue apartado por indisciplina. De carisma no anda sobrado.
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Al borde de ese dorado Hall of Fame quedó Lamine Yamal, cuyo segundo puesto con solo 18 años supone un hecho extraordinario, seguramente irrepetible. Lamine, de haberse seguido el curso natural de las cosas, estaría hoy preparando su viaje a Chile como precoz integrante la Selección Sub-20 que jugará el Mundial de la categoría y provocando, probablemente, un cisma entre el Barça y la Federación. Pero resulta que Lamine es Mozart, casi un veterano en la absoluta y el jefe del Barça. Es bueno recordar que fue Xavi quien se atrevió con él y quien se lo dio casi horneado a Flick. Quizá fue porque a él tardaron demasiado en verle. Ojalá no le pase lo mismo al Balón de Oro con el ninguneado Pedri.
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