Pepe y la libreta de Mourinho

Agradezco a la Federación que me diese la oportunidad de subirme a ese AVE promocional de la final de la Copa del Rey. Poder pasar siete horas con uno de mis ídolos no tiene precio. Pepe no es uno más. Es uno de los centrales más grandes de la historia del Real Madrid. Un tipo especial, sensible, pasional, comprometido y honesto con sus sentimientos. Si pudiese trasladar en estas líneas las deliciosas anécdotas que nos contó (mi compañera Susana Guasch puede dar fe de ello) llenaría un AS entero. Al menos, quiero trasladarles la clave de esos Clásicos de los años 2011 y 2012 que pusieron al planeta entero de los nervios. Guardiola contra Mou. Messi contra Cristiano. Un nivel sideral.

En uno de esos Clásicos, Mou les explicó que arrebatarle la pelota a ese equipo que tenía a Xavi e Iniesta en el campo era una pérdida de tiempo. Se trataba de fortificar la medular y de presionar con fiereza para recuperar el balón y forzar una contra diabólica con dos o tres pases que acabarían en el aguijonazo letal de Cristiano. Dicho y hecho. Así se ganó la Liga de los Récords, en 2012, con una contra en el Camp Nou elaborada por Özil y firmada por el monstruo de Funchal. O la final de Copa de 2011, con Pepe de centrocampista junto a Khedira y Xabi Alonso, con final feliz en la prórroga tras el pase maravilloso de Di María a CR7. Inolvidable...

Pepe protagonizó en el Madrid una década prodigiosa, jalonada con un porrón de títulos y tres Champions. Pero no olvida las finales de Copa de 2011 y 2014. Ambas en Mestalla. “Roncero, el Barça era favorito en las dos finales y ya sabes quién levantó el trofeo...”. Ese es el espíritu. Pepe jamás agachó la cabeza ni aceptó la derrota de antemano. Competía en cada partido como si fuese el último. Y en la última Eurocopa, con 41 años, fue de los mejores centrales. Pepe, obrigado por todo.

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