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Paso atrás del Zaragoza

El Real Zaragoza se trajo un punto de Lezama, pero cae dos puestos en la clasificación, hasta la decimocuarta posición, la peor de todo el campeonato, igualada con la del estreno de Julio Velázquez en Albacete. Así que el equipo aragonés ha recuperado el pulso, pero no acaba de despegar de verdad. El empate no es una tragedia, pero no le saca de pobre. Tenía que ganar y sólo pudo empatar, y con pocos méritos. Velázquez repitió por tercera vez once y disposición táctica, pero esta vez la cosa apenas funcionó. El equipo estuvo incómodo y fue a remolque.

El Zaragoza se libró de una buena nada más empezar, cuando, a los dos minutos, el Amorebieta mandó fuera un penalti de verbena cometido por Rebollo sobre Dorrio en una pugna con Jair. Pero como la empanada del equipo aragonés, lejos de corregirse, no dejó de crecer, a los diez minutos llegó el 1-0 en un córner en el que Maikel Mesa se durmió ante Félix. Velázquez había alertado que éste era un partido trampa, pero o su mensaje no caló o sus futbolistas no le creyeron y cuando se quisieron dar cuenta ya iban por detrás del marcador. Después y hasta el filo del descanso el Zaragoza intentó despertarse -o activarse, como dicen ahora los modernos del neofútbol-, pero su pretendida reacción resultó irrelevante -cuatro jugaditas y ningún remate a puerta-, hasta que Sibo le regaló un ‘penaltito’ a Mouriño -el primero de toda la temporada- y Maikel Mesa le puso enmienda y firma al empate.

El Zaragoza salió con otro aire y otra intensidad en la segunda parte y, algo más ambicioso y decidido, tuvo el triunfo a la hora de partido en un empalme de Toni Moya que sacó bajo palos un defensa con el brazo, que ni el árbitro ni el VAR juzgaron como penalti. Fue su única ocasión clara en este periodo, una acción que tuvo rápida respuesta del Amorebieta, y por partida doble, pero que conjuró Rebollo para mantener el empate.

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