Otra vez con el Guardiolismo
“Al City le falta carácter, improvisación y golpes de genialidad”. Eso escribí hace un año tras la remontada. ¡Ole! Lo releo ahora con el tembleque prepartido y pienso que dormí poco esa mañana frente al teclado. Añadía que el Guardiolismo había muerto porque todos los equipos ya jugaban como Guardiola mientras que él se había quedado paralizado. ¡Ole! Un año después, en las mismas semifinales de Copa de Europa, el mismo City tiene a un genio arriba capaz de cualquier improvisación y el equipo que visitó hace una semana Chamartín mostró una cara de una evolución innegable respecto a hace un año. Las opiniones de fútbol no sirven ni para envolver pescado. Al menos las mías.
No quiero criticar el juego del City porque no quiero despertar a la bestia. Me da miedo esa combinación de toque y colmillo del gigante rubio (no quiero ni nombrarle). Pero no me puedo resistir. Su actuación en la ida fue muy conservadora, como siempre me parece el rígido juego de ajedrez que plantea Guardiola. Será que me traumatizaron los años del Barça bueno. Cuando Xavi e Iniesta llegaban a Madrid e instalaban un control policial en el centro del campo sin fallar un pase. Ramos, Pepe, Khedira y compañía solo podían derrapar como peonzas. Bernardo Silva hizo algo parecido el año pasado. Y sin embargo, se fueron a casa. Supongo que Guardiola, en permanente evolución, culpó de la derrota al provecho que el Madrid saca del caos. Por eso ahora apuesta por presionar menos y dejar a Bernardo en ese papel secundario en la banda.
También me arrepiento de las quejas escritas contra Ancelotti. Que no hace cambios, que es muy conservador… Ahora solo le culpo de llevar al Real Madrid al límite. Compitiendo con veteranos y noveles contra todos los que se le ponen delante. Su mano táctica es tan apreciable como la de Guardiola con un dato a su favor, él no dispone de dinero ilimitado. El Madrid necesitaba a Mbappé o al robot rubio tanto como el City y Carletto ahí sigue haciendo maravillas con los mismos de siempre.