No es excusa, son personas
El Valencia llegará a la jornada 37ª metido en un lío. En verdad lo está desde hace mucho, pero no se acordaba. Se lo recordó el gol de Muriqi tras asistencia de Kang-in y la parada Rajkovic a disparo de Kluivert. Quizás por Mestalla, dentro y fuera, se veían ya fuera de peligro tras las victorias contra el Celta y el Real Madrid. Pero ahora, con los resultados de Valladolid, Getafe y su derrota, los de Baraja están a solo dos puntos del descenso. El domingo al Valencia le visita el Espanyol, un todo o nada en toda regla. Veremos si con Mestalla abierto entero o con una grada cerrada.
El Valencia no salió en Mallorca con la intensidad que debiera ni con frescura. Le faltó la ambición del que juega una final y después le superó el buen hacer de los de Aguirre, que rubricaron su temporadón. Baraja se había afanado para que su gente se centrara en el Mallorca. Pero no era fácil. La semana para sus futbolistas ha sido complicada y alterada por el ruido del caso Vinícius, como se comprobó con el gesto de Diakhaby de estar pendiente de alejarse de la pancarta contra el racismo como protesta por lo que entiende una doble vara de medir; con mensajes en los últimos días de amenazas e insultos en redes a ellos vete tú a saber por qué; con la resolución de Competición, Apelación; y el atraco con fuerza en la casa de Kluivert con ellos en Mallorca. No es excusa, son personas.