No creo en la remontada

No. No creo en la remontada. Creo que la eliminatoria está vista para sentencia y que la Real Sociedad se encuentra eliminada. Que nos hemos quedado sin otra final de Copa. Y que no veo posible que esté equipo txuri-urdin, con los problemas físicos con los que viaja en alguno de sus jugadores más relevantes, pueda competirle al Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Mucho menos meterle un gol. Y todavía menos ganarle y forzar, por lo menos, la prórroga. Que no, no os hagáis ilusiones, que luego os venís arriba y el golpe que os vais a llevar es más grande. Os va a doler más. Hacedme caso.

Es mejor ir con un perfil bajo y no crearse falsas expectativas. Que luego sabemos lo que pasa. La decepción es mayor, las críticas arrecian y el equipo se nos queda más tocado todavía para lo que de verdad importa, que es apurar las opciones europeas en la Liga. Ahí sí que tenemos que pensar en la remontada. Esa es la que vale. No este intento vacío de contenido en Chamartín que, seguro, alguien se va a encargar de enterrar. Como nos pasó en Old Trafford. Que no se nos ocurra sacar un poco la cabecita y dar el susto… que igual que en Mánchester llamarán a capitulo a quien haga falta y pondrán solución al desaguisado. No vaya a ser que se cuele la Real Sociedad en la final de Copa y le estropee el cartel de Madrid-Barça en La Cartuja del 26 de abril.

No, no es cuestión de ver fantasmas. Es verdad. ¡Qué tonterías digo! Centrémonos en lo nuestro, en cómo llegamos. Con Oyarzabal forzando con problemas musculares, Sucic con la rodilla maltrecha, Aguerd recién integrado en el grupo al llegar con molestias de Marruecos, Aramburu fatigado, Zubimendi que ya debe de haber fichado por el Madrid, sin Brais Méndez y Becker, con Barrene sin ritmo porque no jugó el pasado fin de semana, Remiro con un golpe en la rodilla, Oskarsson tocado, con Kubo más solo que la una en ataque, y con dos imberbes ‘potrillos’ como revulsivos. Pero, vamos a ver, ¿así a dónde queremos ir? Pues vamos al Bernabéu. A soñar. Con todo en contra. Con todo el mundo dándonos por muertos, dando por hecho que todo el pescado está vendido. Que lo crean, claro que sí. No nos importa. Si nos dejan, daremos guerra. Porque no creemos en la remontada. Creemos en que el 26 abril estaremos en la final de La Cartuja. El fútbol le debe un viaje a ese escenario a la afición de la Real Sociedad. Y no hay mejor noche para que se lo devuelva. No, no creo en la remontada. Creo en la justicia poética.

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