Nadal adelanta la fiesta
No es mala noticia, mientras nos preparamos para despedir el año, hacemos acopio de uvas y buscamos algo rojo que ponernos, el retorno de Rafa Nadal a las pistas casi un año después. Con la emoción de las primeras veces, uno programa prontito el despertador, una rutina agradable a estas alturas del año cuando el tenis se despereza en Australia, para asistir al enésimo retorno de la leyenda. Lo de menos, claro, el resultado (derrota por doble 6-4 contra Purcell y Thompson) junto a su entrenador y amigo Marc López. Lo de más, la victoria personal de un deportista con 37 años frente a su baqueteado cuerpo para poder marcharse donde quiere: sobre una pista de tenis.
Desde el puesto 672º del ranking, con sorteos que se presumen difíciles, con las dudas de cómo reaccionará su físico después de haber podido entrenar sólo un mes realmente en serio, con la presión que se pondrá para obtener resultados aunque la intente despejar con sus declaraciones. Así se presenta 2024 para él. Porque Nadal sólo disfruta realmente jugando para ganar. Lo hará con el propósito de ir creciendo hasta ser competitivo en la tierra de París. La de su Roland Garros y los Juegos Olímpicos que se celebran en el escenario de sus 14 triunfos. “Cuando llegue a París sabré si es mi último año”, cuenta en una entrevista a El País. Mientras tanto, vuelve a sonreír. Y el deporte con él. Valga un brindis esta noche por su nuevo triunfo. Por no haberse rendido y conseguir así regalarse la oportunidad de decidir dónde y cómo despedirse.
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