Modelo Castilla y modelo Villarreal B
Otra vez ha rebotado el Castilla en su intento por ascender a Segunda, tras tenerlo más cerca que nunca. Para el buen aficionado madridista, el Castilla es un querido foco de atención, se fija en sus jugadores, especula con cuáles llegarán al primer equipo y gusta verlo cuanto más arriba mejor. En el pasado dio tremendas alegrías: una final de Copa y un título de campeón en Segunda, aparte de innumerables jugadores para la plantilla. Pero los tiempos cambian y estos son difíciles no sólo para el Castilla, sino para casi todos los filiales, que tienden a acampar en la Primera RFEF, de donde ya vemos que les cuesta salir. Al menos dan interés a la categoría.
Hay una excepción, el Villarreal, que hace un trabajo modelo en este sentido. Tiene un servicio de prospección magnífico, no sólo en su entorno, sino en el resto de España y más allá. Pero sobre todo tiene la cantera completamente integrada, y especialmente el filial. Cada día desayunan y comen con los de la primera plantilla en la ciudad deportiva, pasan todos rotatoriamente a entrenar con ella, algunos de forma permanente, y así el salto de peldaños es fácil y natural. Esta pretemporada, incluso van a hacer juntos la concentración en Saint Gallen el Villarreal B y la primera plantilla. Toda la cantera ve la meta cerca.
Pero no es lo mismo llegar al Villarreal, con respeto, que al Madrid. Ya hace bastantes años me dijo Toril, técnico en el último ascenso del Castilla, que para la cantera el filial era un tope. No piensan en el Madrid, sino en un traspaso, los agentes tiran de ellos y el grupo se desmantela cada año. El primer equipo lo ven inalcanzable y los entrenadores que se suceden sin dar oportunidades reales les terminan de convencer de ello. El propio club ya ha aceptado como buena la estrategia de hacer de la cantera un ingresillo extra, con los traspasos de sus jugadores punteros. Es un modelo radicalmente distinto al del Villarreal, que vive, claro, otra circunstancia.