Mireia se resiste a lo Nadal
Hace una semana, Jessica Vall anunciaba su retirada de las piscinas. Unos meses antes lo hacía Melani Costa, otra medallista mundial y europea. Son dos deportistas que mantuvieron un buen rendimiento internacional. Una clase media-alta actualmente inexistente en nuestra natación. Sus decisiones contrastan con la actitud de su coetánea Mireia Belmonte, que alarga su carrera sin fecha de cierre. Mireia lo ha sido todo: campeona en Europeos, en Mundiales, en Juegos… Es la mujer española con más medallas olímpicas, cuatro, incluida una de oro en Río 2016. No solo ha sido la mejor nadadora española de todos los tiempos, sino que figura entre las mejores deportistas de siempre, dentro de un grupo selecto donde brillan Arantxa Sánchez Vicario, Theresa Zabell, Sandra Sánchez, Carolina Marín, Ruth Beitia, Lydia Valentín… Coloquen el escalafón en el orden que quieran. Si Mireia no es la primera, está muy cerca.
Su último gran campeonato fueron los Europeos de Roma 2022. Desde entonces, no ha logrado clasificarse para ninguno. Su última intentona fue para los actuales Mundiales de piscina corta de Budapest. Ver a una leyenda como ella lejos de su aura causa una tristeza parecida a la que sentíamos con Rafa Nadal. Hay más paralelismos en estos dos ejemplos. Ambos tuvieron que aprender a convivir con el dolor de lesiones crónicas. Mireia pena por sus hombros, que en 2023 la tuvieron prácticamente sin mover los brazos en el agua. Otra similitud es el derecho que se han ganado para elegir la fecha de la retirada. La badalonesa quiere volver a intentarlo para los Mundiales de Singapur 2025. Es su decisión. Pero su rendimiento reciente invita a pensar que su prórroga puede obtener el mismo resultado que la de Nadal en 2024. Ninguno. Para muchos deportistas es difícil encontrar el momento de la despedida. Pero la realidad acaba siendo rotunda.