Mbappé, una medalla para Macron
No sé si Macron va a conseguir convencer a Florentino de que deje a Mbappé ir a los Juegos Olímpicos. Pero está claro que lo va a intentar todo lo que pueda. ¿Cómo tenemos que analizar esta obsesión del presidente de la República francesa? ¿Se puede calificar de intervencionismo político (algo que no le gusta a la FIFA)? Creo sinceramente que hay que entender a Macron y que, en su sitio, todos haríamos lo mismo. Hace un siglo que los Juegos Olímpicos no vienen a París y este evento debe quedar como uno de los acontecimientos más importantes de sus diez años como jefe de estado (la ley le impide presentarse de nuevo a las elecciones de 2027). El presidente quiere que todo sea un éxito y tener a Mbappé, una estrella mundial, en el equipo olímpico francés de fútbol es, sin ninguna duda, un plus para la fiesta.
Sin embargo, más allá de la lógica estrategia política, Emmanuel Macron lo hace de corazón. Casi más como aficionado que como presidente. Sabe mucho de fútbol y vibra y sufre como cualquiera cuando juega la selección gala y el Olympique de Marsella. Su empeño con Mbappé y los Juegos es realmente sincero, algo que no suele ocurrir con los responsables políticos. Kylian con la medalla de oro colgada de su cuello sería la despedida perfecta antes de aterrizar en la capital de España. Bueno para Francia y también, creo, bueno para el Madrid.