Mbappé, todo en orden

El yin no puede ir sin el yang, el blanco sin el negro, la vida sin la muerte, la cara sin la cruz ni un jugador del Madrid sin su selección nacional. Sé que en España se suele hablar, de forma negativa, del famoso ‘virus FIFA’ pero me parece totalmente lógico que un club que tiene ambiciones internacionales tenga en su plantilla una gran mayoría de futbolistas… ¡internacionales! Cuestión de voluntad y estatus. Y también de equilibrio para los propios jugadores. Por todo ello, fue muy raro, en el pasado otoño, ver a Mbappé fuera de las convocatorias de Deschamps, el seleccionador francés. Los problemas de sintonía entre ambos se han arreglado y el número 9 del Madrid ha podido lucir su camiseta bleue (azul) y su brazalete de capitán durante los dos partidos de la Liga de Naciones contra Croacia.

Creo que, para ser feliz en su club, un jugador necesita estar a gusto en su selección. Además, nunca viene mal, de vez en cuando, cambiar de aires, de métodos de entrenamiento, de compañeros, de sistema de juego y hasta de competición. Mbappé está, con 26 años, en la plenitud de la carrera de un futbolista profesional y tiene la energía suficiente para poder darle todo al Madrid a la vez que a Francia. Sin olvidar el efecto positivo de la alegría de la bonita remontada conseguida frente a Croacia. Mi compatriota vuelve con la dinámica de la victoria y el ánimo a tope.

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