Lunin vuelve a la casilla de salida
Después de una temporada que fue una auténtica montaña rusa de emociones para él y a menos de cuatro meses de ser libre para firmar por cualquier club y llevarse un talegazo, Lunin ha decidido el camino más dificil: quedarse y pelear contra un muro belga de dos metros. Sus fantásticas actuaciones en la pasada Champions borraron fantasmas y le convirtieron definitivamente en portero de élite, pero el bajón de la Euro y la vuelta de Courtois al mejor nivel pincharon un poco el globo. Andriy sigue siendo suplentísimo, pero al menos ha convencido al cuerpo técnico de que la portería estará bien cubierta ante cualquier adversidad. Y eso, en el Madrid, no es poca cosa.
La renovación es buena para ambas partes, para evitar una época de cierta desconfianza. Si logra jugar y acaba el año contento, tiene tres años de contrato con el mejor club del mundo. Si se quema a la sombra del mejor arquero del planeta y quiere salir, el Madrid tendrá la sartén por el mango y podrá sacar tajada, pero nunca le querría en la plantilla a disgusto. Lunin ya ha demostrado que es un tipo fuerte y optar por el camino más complicado lo corrobora. Su trabajo será aumentar el nivel en Valdebebas, que Courtois sienta su aliento y estar preparado para volver a ponerse la capa de héroe si le toca. El tipo que se casó en chándal está sobradamente preparado para el reto. Ganan todos.