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Luis de la Fuente ha traído la paz

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Nuevo seleccionador, nuevo ciclo. Del pinchazo del Mundial sale, como es propio, una selección depurada, una lista en la que sólo sobreviven once. Estas expiaciones tras una mala Copa del Mundo son tradición casi exigida por la ley natural del fútbol y en este caso más porque aquella lista estaba marcada, más de lo que es frecuente, por las manías del seleccionador, el nunca bien ponderado Luis Enrique. Todos las tienen, todos tienen derecho a tenerlas, pero las suyas se notaron más y dieron más que hablar porque le gustaba la bulla. Lo contrario que a Luis de la Fuente, que ve la Selección como espacio de concordia y ha abierto las ventanas.

El gran reparado es Iago Aspas, cuya ausencia fue quizá la más difícil de comprender. En el AS de ayer se le veía feliz en la portada, formando trío con Borja Iglesias y Joselu, otros dos delanteros criados en la cantera del Celta, que está de enhorabuena. Será difícil que jueguen los tres juntos, pero uno por uno o de dos en dos aseguran el gol. Se pensó que en la lista también estaría Gabri Veiga, la última sensación del Celta. Es jugador que va para grande, pero se le requiere en la Sub-21, que ha de buscar clasificarse para el Europeo de la categoría, que en esta ocasión da paso a los JJ OO. Además, y ya es pena, se ha lesionado, así que la Sub-21 empezará sin él.

Como empezará la selección mayor sin Pedri, que aún no se nos cura. Mientras vuelve, De la Fuente amigó a Ceballos y Gavi, respectivos sujetos pasivo y activo de la escena fea del Clásico, porque no es cosa de comenzar el nuevo ciclo con resquemores. Lo que viene es la clasificación para la Eurocopa. Primero, Noruega en Málaga y Escocia (el martes) en Glasgow. Y luego, más allá de la fase final de la Nations League que se celebra en junio (contra Croacia, Italia y Países Bajos, selección anfitriona), Chipre y Georgia. Grupo de cinco en el que se clasifican dos. No parece una gran montaña. Y además, tenemos la suerte de que Haaland se pierda el partido de La Rosaleda.