Los reclutas de FIFA

Como si de unas madres ante las levas feudales que se llevan a sus hijos se tratara, los clubes ven marchar a sus futbolistas al parón de selecciones, rezando para que no les pase nada y vuelvan sanos y salvos. El derecho de pernada de las federaciones obliga incluso a que los muchachos que están lesionados viajen para ser revisados por un tribunal que les declare no aptos; lo hizo Inglaterra con Bellingham o España con Lamine Yamal.

En mitad de un calendario cargado de competiciones, con viajes y partidos cada tres días, los señores del fútbol reclaman su diezmo de personal para alimentar sus competiciones y su negocio. Según el Times, Infantino negocia un contrato de casi 100 millones anuales con Aramco, el gigante petrolero de Arabia Saudí, como patrocinador del Mundial que se jugará allí en 2034. Esta es una realidad incuestionable que afecta a todos los clubes que tienen plantillas llenas de internacionales y que son esquilmadas por FIFA y UEFA.

Si tienes mala suerte, como ha tenido el Madrid con Camavinga y Vinicius, en un parón de selecciones se te puede ir media temporada y no puedes ni protestar, que para eso te dan unas perrillas del seguro. Es un agravio con el que hay que terminar y todo el mundo está pendiente del fallo del TJUE sobre la Superliga, porque, si determina que hay un abuso de posición dominante de estos organismos, el reclutamiento forzoso puede cambiar.

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