Los mismos principios sin complejos
Algo bueno parece estar cocinándose, desde hace tiempo, en lo alto de la colina de Barranco Seco, a las afueras de Las Palmas de Gran Canaria. Allí donde se erige colosa la Ciudad Deportiva de Las Palmas, ahora en vías de expansión, cercano el inicio de las obras de la residencia y algún campo de fútbol más (ahora hay tres), se construye desde hace dos años, los que lleva García Pimienta en el cargo, un equipo tozudo, que siempre juega a lo mismo, con la posesión por bandera, el juego de posición como leit motiv, donde la intencionalidad con el balón marca la diferencia. Un equipo al que, además, no le importan ni el escenario ni los futbolistas que tenga enfrente.
Ocurre que Las Palmas es, ante todo, un equipo con personalidad propia. Un equipo, durante el primer curso, incompleto, con García Pimienta, hizo todo lo que pudo y más por conseguir un ascenso que no llegó. Por tanto, nada que reprocharse. Un equipo que, para conseguir estar en Primera, demostró que, teniendo los futbolistas adecuados, podía imponerse también en Segunda con ese fútbol de toque. Una plantilla remozada que, ahora en Primera, tiene 31 puntos, 16 por encima del descenso, 21 partidos depués. Un salvajada para un recién ascendido. Siempre fiel a sus principios. Se unen el qué y el cómo. El resultado es la presente historia de éxito que le lleva a jugarle, ahora sí, sin complejos al Real Madrid.