Los Hispanos siempre dan la cara

Gonzalo Pérez de Vargas, el muro de los Hispanos, recordaba recientemente que la Selección está “siempre en la pelea” y que la trayectoria desde que aterrizó Jordi Ribera, en 2016, es prácticamente “irrepetible”, aunque estos éxitos muchas veces no tienen la repercusión deseada, porque a los jugadores españoles les “falta marketing” o porque la liga española “no es tan influyente”. De hecho, Gonzalo es el único jugador de la Asobal que comenzó el Mundial. El resto, hasta que se unió Pol Valera para sustituir al lesionado Ian Tarrafeta, milita en ligas extranjeras. Esa pléyade de talento distribuido por Europa ha formado un equipo único, que lideran el propio Pérez de Vargas y Álex Dujshebaev, pero que es sobre todo eso, un equipo, hilvanado por el mago Ribera.

Los resultados hablan. España se ha abonado al podio en los tres últimos años: oro en el Europeo 2020, dos bronces en el Mundial y en los Juegos Olímpicos en 2021, y una plata en el Europeo 2022. Si incluimos también el oro continental de 2019, resulta que los Hispanos se han subido al cajón en cinco de sus seis últimos campeonatos. En un deporte con tanta igualdad como el balonmano, donde cinco países diferentes han cantado el alirón en torneos internacionales del último decenio, y ocho han jugado finales, tiene mérito que España siempre ronde las medallas.

Un equipo que no ha levantado ningún trofeo en ese periodo, pero sí ha disputado dos finales mundialistas, es su oponente de este miércoles en los cuartos de final: Noruega. Un rival que llega con pleno de victorias al primer cruce del KO. Un obstáculo de aúpa para la Selección, que doblegó a los nórdicos precisamente en cuartos del Mundial 2021, y también en los Juegos, pero sucumbió luego en el Europeo del año pasado. La igualdad es máxima. Y cualquier cosa puede ocurrir. Pero al menos sabemos que esta España de Ribera es competitiva, fiable… y siempre da la cara.