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Los héroes del viejo San Juan

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Antes que los héroes de la final de Copa de 2005, los del terreno de juego y los de la grada rojilla del Calderón, hubo otros que sustentaron a aquellos que Osasuna invitó, en una de las celebraciones futboleras más sencillas y emotivas que recuerdo (qué fácil parece hacer las cosas bien), a compartir sobre la hierba la ilusión actual. Eslabones futboleros uniendo generaciones, las cadenas de Navarra como icono del equipo que honra su pasado y explica el presente. Como diciendo: sin ellos, hoy no estaríamos aquí. Que la memoria ocupe un lugar tan importante en el presente es un valor (Valors!) que su rival en la final de Sevilla ha llevado siempre a gala. Sin tener el mismo palmarés, Osasuna iguala así en respeto por su historia al Real Madrid, y se prepara para disputarle el trofeo.

Aquel equipo copero de Javier Aguirre al que solo aquel gol del verdiblanco Dani en la prórroga frustró la celebración de unos sanfermines adelantados en Madrid fue la base del que quedó cuarto en Liga al año siguiente, y del que con el Cuco Ziganda un año más tarde eliminó a Girondins, Rangers y Leverkusen hasta semifinales de Europa League.

Y antes que aquellos, fueron héroes los jugadores del mítico equipo que convirtió El Sadar en un fortín ochentero con la delantera Echevarría-Iriguíbel-Martín, y que mantuvo el espíritu hasta ganar 0-4 en el Bernabéu en el 90, con Urban trigoleador y Castañeda superviviente de esa década prodigiosa que luego se alargó hasta el descenso del 94.

Los héroes de 2023 se enfrentan al mejor equipo del mundo, el campeón de Europa. Haría bien el conjunto blanco en leer la letra pequeña de su historia triunfal, porque hubo aún otro Osasuna bravo y que plantó cara al mejor Madrid de Di Stéfano. Tras un par de temporadas esporádicas en Primera (35-36 y 53-54), Osasuna sorprendió en la segunda mitad de los 50. Aquel equipo que jugaba en el viejo campo de San Juan, pierna fuerte, orgullo foral y media cuarta de barro en invierno, se las hacía pasar canutas al campeón de Europa, que cayó dos veces seguidas con estrépito. Recalde, Sabino, Glaría, mi tío Adolfo Marañón… Aquellos héroes también están convocados a la final de Copa.