La verdadera cara del Bayern se vio en Milán
Tres empates difíciles de interpretar. Es complicado responder a la pregunta sobre cómo va a llegar el Bayern al duelo ante el Barcelona. Por un lado se puede argumentar que, tras ceder seis puntos en las tres últimas jornadas de la Bundesliga (igualadas en casa ante el Stuttgart y el Gladbach y fuera frente al Unión Berlín), el cuadro bávaro acumula demasiados tropiezos consecutivos como para pasar por alto esta pequeña mala racha de resultados. Pero por el otro, revisando los partidos y analizando las estadísticas, la realidad es que los de Nagelsmann fueron superiores a su rival en los tres encuentros, generando muchísimas más ocasiones claras de gol que sus adversarios –el del Gladbach, en particular, fue asombroso: el Bayern tiró 31 veces, 19 de ellas entre los tres palos–. Por ello, y también por cómo se ha comportado el campeón alemán en el resto de choques de lo que va de temporada, sería muy osado considerar que su rendimiento actual está siendo bajo.
También hizo rotaciones en la previa. No alcanzó la magnitud de la revolución de Xavi en Cádiz, pero la aproximación de Nagelsmann al partido previo al compromiso europeo fue la de dar descanso a algunos de los jugadores más importantes de la plantilla. De este modo, Lucas Hernández, Pavard, Sané y Mané no iniciaron el encuentro frente al Stuttgart en el Allianz Arena (2-2). Los dos primeros, de hecho, no llegaron ni a ingresar en el campo en el segundo tiempo, algo que sí hicieron los dos atacantes debido al resultado que se estaba produciendo. El que sí fue titular fue Goretzka, que sale de una lesión y aún no había formado parte de ningún once inicial en lo que va de temporada. De todos modos, siendo tan reciente su regreso, se espera que Sabitzer ocupe su puesto en el doble pivote al lado de Kimmich como ha venido ocurriendo a lo largo del presente ejercicio. El que sí podría haberse ganado una plaza tras su buena actuación frente al Stuttgart es Musiala, que anotó un gran gol con una maniobra formidable para cambiarse el balón de pierna. En ese encuentro también anotó el joven de 17 años Mathys Tel, un atacante francés de 17 años por el que el Bayern pagó 20 millones de euros al Rennes.
El partido de Milán es la mejor referencia. Para calibrar cómo se comporta el Bayern en la máxima exigencia, quizá el encuentro que puede resultar más útil sea el que disputó la semana pasada ante el Inter en su estreno en la fase de grupos de la Champions (0-2). La primera parte de los bávaros fue espectacular, con una puesta en escena muy ambiciosa, robando en campo rival e imponiendo un dominio y un ritmo altísimos. Nagelsmann dibujó un equipo que defendía en 4-4-2 pero que variaba enormemente en fase ofensiva: Pavard se quedaba con Lucas y De Ligt para formar una línea de tres en salida; Alfonso Davies ganaba altura por la izquierda y su posición acababa siendo equivalente a la de Coman por la derecha; Sané abandonaba la banda y se situaba en una zona interior para formar una doble mediapunta junto a Müller por detrás de Mané. El resultado era un equipo que amenazaba con dos jugadores muy abiertos por fuera y con otros tres por dentro. Dificilísimo de defender.