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La revelación que espera no añorar a Guirassy

Una dupla que transformó al equipo. En un año, el Stuttgart pasó de jugar la promoción de permanencia contra el Hamburgo tras quedar antepenúltimo en la Bundesliga a finalizar el curso siguiente como subcampeón, superando incluso al Bayern Múnich. Gran parte del mérito de esa meteórica progresión debe ser atribuida al técnico Sebastian Hoeness, que llegó al cargo en abril de 2023, convirtiéndose entonces en el cuarto entrenador del equipo en una temporada que estaba siendo muy complicada. Tras lograr la permanencia, el joven estratega muniqués, sobrino de Uli Hoeness e hijo del también ex jugador Dieter, pudo iniciar la nueva campaña desde cero y consiguió que sus jugadores dieran un gran rendimiento. La explosión del delantero guineano Serhou Guirassy, que anotó 26 goles en liga, fue fundamental en el crecimiento colectivo, como también lo fue la incorporación de Deniz Undav, un punta alemán de origen turco que llegó cedido por el Brighton inglés y que marcó 18 tantos. Entre los dos atacantes, pues, firmaron 44 dianas sólo contando el torneo de la regularidad, una cifra espectacular teniendo en cuenta que no estamos hablando de un conjunto con un potencial económico comparable al de los gigantes europeos. El segundo puesto final superó de largo todas las expectativas, que sin duda eran mucho más bajas teniendo en cuenta que se habían marchado además jugadores importantes como Endo al Liverpool o Mavropanos al West Ham.

Aprender a vivir sin los que se fueron. Este último mercado de verano se antojaba complicado para el Stuttgart, que se enfrentaba al reto de que su plantilla no quedara demasiado debilitada después de que las actuaciones estelares de algunos de sus futbolistas atrajeran el interés de clubes muy poderosos. Guirassy se marchó al Borussia Dortmund por 18 millones, y los centrales Waldemar Anton y Hiroki Ito fueron traspasados ambos por precios cercanos a los 23 (el primero también al Dortmund y el segundo al Bayern Múnich). Todo este dinero se reinvirtió en incorporaciones, aunque la más cara no supuso la llegada de ninguna cara nueva: se pagaron casi 27 millones al Brighton para comprar definitivamente a Undav, convertido ya en la gran estrella del equipo. Para suplir a Guirassy, el club contrató a Ermedin Demirovic, un delantero que llegó a jugar en el Alavés cuando era muy joven y que la temporada pasada marcó 15 tantos en la Bundesliga con el Augsburgo. Sin embargo, operaciones más modestas, como las cesiones del ex del Almería El Bilal Touré o del suizo Fabian Rieder, que este fin de semana dio dos asistencias en la victoria en el campo del Borussia Mönchengladbach por 1-3, pueden ser las que den un mejor rendimiento en la relación calidad-precio.

Führich y Millot, las perlas que se quedaron. Aunque no fueron titulares en el primer triunfo de la temporada en liga -antes, el Stuttgart había caído en Friburgo y empatado en casa ante el Mainz-, la hinchada ha podido celebrar este verano la continuidad de dos jugadores de gran calidad y elegancia. Se trata del habilidoso extremo izquierdo -aunque diestro- Chris Führich, que fue convocado con Alemania para la Eurocopa 2024, y del dinámico centrocampista ofensivo Enzo Millot, subcampeón olímpico con Francia este verano. Los fichajes de los jóvenes Woltemade y Leweling, también muy interesantes, han hecho aumentar la competencia en la zona de tres cuartos, pero parece evidente que las dos joyas que ya estaban en la plantilla y permanecen en ella acabarán teniendo un papel importante a lo largo de una temporada repleta de partidos. Siendo el Stuttgart un equipo ofensivo y valiente, disponer de tanto talento en la media punta es una bendición para Hoeness.

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