La procesión de Jorge Martín
Claudio Domenicali, el director ejecutivo de Ducati, avisó a finales de mayo, en vísperas del GP de Italia, que el titular de la moto oficial se conocería entre Mugello y Assen. No hizo falta esperar tanto. El día después de la carrera, durante la sesión de test, sin salir del circuito italiano, se precipitaron los acontecimientos. La plaza que parecía asegurada para Jorge Martín, el líder del Mundial, giró hacia Marc Márquez, seis veces ganador de MotoGP, que lanzó un órdago y lo ganó. Martín, cansado y decepcionado, comunicó entonces su fichaje por Aprilia.
Un mes después, en Holanda, todas las piezas del puzle están ya encajadas. Había morbo, el jueves, por presenciar la rueda de prensa, pero, aparentemente, la noticia está digerida por todos. Es más, Jorge asegura que se siente “más liberado”. La procesión irá por dentro. La incógnita que ahora planea por el Campeonato, con aires de sospecha, es si Ducati mantendrá la misma atención al piloto madrileño que antes del anuncio, cuando se está jugando el título con el actual bicampeón, Francesco Bagnaia, el jefe de filas en Borgo Panigale. El español dice que sí: “Confío en que en Ducati van a ser cien por cien profesionales”. Pero el hecho de que los responsables de la marca le hayan comunicado que no le faltará nada hasta final de temporada, ya suena a ‘excusatio no petita, accusatio manifesta’. Una situación delicada.
Mientras, en la pista, Bagnaia continúa con su remontada. En Italia hizo el fin de semana perfecto y en los Países Bajos lleva el mismo camino, siempre con Martín en persecución. ¿Y Márquez? Pues otra vez por los suelos. Se cayó en la clasificación, aunque este domingo saldrá séptimo, y volvió a caerse en la esprint, lo que coloca su primer cero de la temporada en esta modalidad después de cinco segundos puestos, tres de ellos consecutivos. Hay que esperar que sólo se trate de un accidente circunstancial. Pero ha sido el único de los tres que, de momento, no ha podido hablar sobre la moto.