La nueva Peleteiro

Ana Peleteiro, siempre desafiante, deja caer un titular después de colgarse el bronce en el triple salto de los Mundiales indoor de Glasgow: “La Peleteiro ha vuelto”. Efectivamente, la Peleteiro, que ahora es Peleteiro-Compaoré tras adoptar el apellido de su marido, ha vuelto a subirse a un podio internacional, el sexto de su carrera, pero uno de los más especiales, porque ha llegado después de su maternidad. La atleta gallega da la vuelta de honor con su hija Lúa, mientras avisa que lo mejor está todavía por llegar. Que esta medalla es más que un regreso, es el comienzo de una nueva Peleteiro. Antes de su parón, Ana había coleccionado otro bronce mundial indoor en 2018, un oro y una plata europeos bajo techo en 2019 y 2021, otro bronce continental al aire libre en 2019, y el bronce olímpico de Tokio en 2021, la joya de la corona. En los Juegos había pegado el mejor brinco de su vida: 14,87 metros. Pero ahora sabe que ese salto no le serviría para llevarse otra medalla en París 2024. Tiene que superar los 15 metros si quiere estar en la pomada. Ahí radica su nuevo desafío. Su entrenador, Iván Pedroso, piensa que lo tiene en las piernas. Ella no lo ve tan claro, pero advierte que trabajará para lograrlo. De ser así, estaríamos ante la mejor Peleteiro de siempre. ¿Quién dijo acabada?

De hecho, el concurso de este domingo ha sido, quizá, el más eficiente de su carrera, con dos marcas entre las cuatro más largas de su historial. Alguien puede objetar a su actuación que faltaban algunas rivales de prestigio, especialmente Yulimar Rojas. Y es verdad. Pero no es menos cierto que para conquistar ese bronce, Peleteiro ha tenido que volar hasta 14,75, que es el segundo de su ranking personal, por encima incluso de aquel 14,73 que le valió el oro europeo. Ana es una imponente competidora. Eso no lo ha perdido con la maternidad. Más bien lo contrario.