"He nacido para saltar 16 metros y sé que alcanzaré esa meta"
Yulimar Rojas se mostraba feliz en Belgrado tras ganar el oro con el mejor salto de la historia: 15,74. "No sé si hacerlo en el sexto salto es magia o casualidad".
Yulimar Rojas sigue haciendo historia en el deporte. Oro en el triple del Mundial de Belgrado con un salto descomunal de 15,74. Tras realizar el mayor brinco de la historia, la venezolana de 26 años, lejos de comportarse como la extraterrestre que es, atendía a los medios presentes en Serbia, entre ellos AS, con paciencia y simpatía. "Ha sido una mañana de ensueño. Quería divertirme y demostrar todo el trabajo que hemos hecho. Tenía algunos problemas en los primeros saltos con los impulsos, pero Iván (Pedroso) y yo somos uno y juntos los hemos ido hablando y solucionando para acabar haciendo el salto que ha supuesto el récord del mundo. Él es la persona que ha logrado hacer de mí lo que soy ahora mismo", comenzaba.
En los Juegos reventó la plusmarca de Kravets al aire libre por 17 centímetros y en Belgrado la suya propia indoor por 31. Ambas en el último salto. ¿Alguna explicación? "(Ríe) No sé si repetir el récord del mundo el el último salto como sucedió en Tokio también es magia o coincidencia. Es verdad que ha vuelto a suceder en el sexto salto y quizá sea la certificación final de todo el trabajo que hace cerrar las competiciones con la explosión final". Y ese brinco histórico, ¿qué tuvo de especial? "No he podido ver aún el salto y no sé muy bien qué hice diferente: Cómo corrí, cómo trabajé los brazos, el impulso de las piernas... pero sí quería cumplir con la parte óptima de la carrera para ajustar la tabla y que todo fuera más fácil en el desarrollo del conjunto"
La venezolana, afincada en España, cree firmemente en sus posibilidades y su mensaje siempre es de confianza en el trabajo y el esfuerzo para alcanzar lo que no parece posible: "Nada es imposible, es el eslogan en el que cree Yulimar Rojas. Trabajando cada día con amor por lo que deseas se cumplen los objetivos y yo tengo dos principales: superar a la leyenda, a mi maestro, en títulos mundiales, algo que Iván sabe que llegará (ríe) y la otra es llegar a 16 metros. Pienso que he nacido para llegar a ese número y que eso sirva de motivación e inspiración a otros para que el atletismo siga siendo importante, y cada vez más, en el mundo. Sé que alcanzaré esa meta en mi vida".
Rojas, pese a su alegría desbordante, no esconde su preocupación por lo que pasa en el mundo: "La guerra de Ucrania es ilógica. Ver cómo están masacrando a tantas personas no debería pasar nunca. Me alegra ver cómo las atletas ucranianas triunfan (Maryna Bekh-Romanchuk fue plata en triple) aquí para dar fuerzas a sus compatriotas. Están luchando por su país para dar algo de ilusión en un momento muy duro y difícil para los ucranianos".
Ver a Rojas en directo es un espectáculo maravillo, pero... ¿qué se dice antes de volar? "(Ríe) Antes de saltar, me digo muchas cosas, me vuelvo loca a mí misma. Me digo: 'Vamos, negra. Es ahora. Sí, se puede'. Trato de motivarme y dar órdenes a mi cerebro, a mis músculos, a mis piernas... Intento por así decirlo hacer el salto mentalmente antes de caer en la arena. La visualización es fundamental". La saltadora horizontal está agradecida al deporte, a su país de nacimiento y al de adopción: "El atletismo me ha dado lo que soy y me ha llenado de personas buenas mi camino: mi entrenador, mi mánager (Alberto Suárez), mis compañeros de entrenamiento... Todo eso me ha traído lo que soy ahora y me ha dado una familia en Guadalajara. El atletismo es mi vida, es lo que soy y lo que seguiré siendo. "Además, estos éxitos me hacen feliz para demostrar de qué estamos hechos los venezolanos. Sé que me siguen mucho y que hoy estarán muy contentos".
Por último, explica la razón por la que finalmente no dobló prueba en Belgrado: "Se me hace difícil hacer triple y longitud en campeonatos importantes por el tema de horarios y porque un error técnico te puede provocar consecuencias físicas. Habrá oportunidades de hacerlo en el futuro. Llegará el momento y si es en Oregón este verano mucho mejor. A veces las cosas suceden porque convienen. Aquí desistí de la longitud para centrarme en el triple y batir el récord. Si hubiera doblado habría hecho sólo dos o tres saltos para guardarme fuerzas para la longitud de la tarde y no habría habido récord del mundo. Dios ha querido que las cosas fueran así".