La España baby despierta ilusión

Hace una semana, bajo esta misma firma, escribíamos sobre ese muestrario de talento que se encadena durante el verano en las diferentes competiciones de Selecciones de formación. Esos campeonatos que normalmente se catalogan con el prefijo Sub. O con las tradicionales categorías cadete, juvenil y júnior. No importa qué etiqueta le pongamos. Todas se cobijan en la palabra futuro. Aquella columna fue premonitoria, porque este último fin de semana vivimos dos finales mundiales en dos deportes que habitualmente dan muchas alegrías a España: el waterpolo femenino y el balonmano masculino. Es decir: las Guerreras del agua y los Hispanos, en versión baby. Ninguno de los dos pudo traerse el oro a casa, tras perder en sus respectivos enfrentamientos ante Estados Unidos (16-15) y Alemania (41-40), pero estuvieron muy cerca de conseguirlo.

No vamos a decir que la plata sabe a oro, porque es una expresión falsa, de consuelo tontorrón. Una plata siempre es una plata. Y se la cuelga el equipo derrotado. Pero sí podemos sostener que las dos Selecciones ofrecieron momentos épicos, ejemplares, que dotan a sus respectivas medallas de orgullo y de esperanza. Las sub-20 de waterpolo se metieron en la final tras remontar un 3-7 ante Grecia, mientras que los sub-19 de balonmano cayeron en los penaltis después de dos prórrogas. También cometieron errores, claro, porque son jóvenes inexpertos. Los Hispanitos ganaban por tres goles a falta de un minuto y medio. Pero aprenderán. Y darán grandes alegrías al deporte español. Marcos Fis, de apellido ilustre, fue elegido el MVP del Mundial, mientras que Sergio Sánchez fue designado mejor extremo. En las Guerreras acuáticas brilla su goleadora Isabel Piralkova, que ya fue campeona olímpica con las mayores. El futuro sigue siendo ilusionante.

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